LA INMIGRACIÓN EN LA COMUNITAT VALENCIANA.

Principales resultados de la Encuesta Nacional de Inmigrantes (2007)

    2. Características sociodemográficas y familiares
2.1 Características de los inmigrantes
      2.1.1 Origen y nacionalidad
      2.1.2 Estructura por edad, sexo y estado civil
      2.1.3 Endogamia y exogamia matrimonial
      2.1.4 Edad al llegar a España
      2.1.5 Educación
      2.1.6 La fecundidad de las mujeres inmigrantes
2.2 Hogares y familias de los inmigrantes
      2.2.1 Los hogares de los inmigrantes
      2.2.2 El hogar de acuerdo con las características de los inmigrantes

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2. Características sociodemográficas y familiares

Este capítulo presenta un primer acercamiento a la realidad del colectivo migratorio residente en la Comunitat Valenciana, comenzando por sus rasgos demográficos y de hogar. La información recogida por la ENI permite realizar este retrato en dos niveles. El primero, se refiere a las características de los inmigrantes que se desprenden de la información recopilada de cada uno de los individuos entrevistados. En este primer nivel se presentan las principales características sociodemográficas y algunas características del grupo familiar de los inmigrantes. El segundo nivel se adentra en ciertos aspectos del hogar de los inmigrantes, teniendo esta vez en cuenta las características del grupo corresidente, es decir, de todos los individuos que comparten una vivienda. De modo que en este segundo nivel, la información se organiza en torno al hogar y no en función de cada individuo. Esto permite, sin duda, apreciar rasgos relevantes del fenómeno migratorio bajo dos perspectivas diferentes de enorme interés.


2.1. Características de los inmigrantes

Si bien existen otras fuentes estadísticas que permiten retratar las características sociodemográficas de la población extranjera (Padrón y Estadística de Variaciones Residenciales), la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) también ofrece esta posibilidad.

En este apartado se van a tratar estas características sociodemográficas, partiendo de la información suministrada por los individuos encuestados. En algunos de los análisis se presentan también los rasgos de la población española, obtenidos de las estadísticas oficiales, a fin de poder comparar las diferencias y similitudes de ambos grupos de población.


2.1.1. ORIGEN Y NACIONALIDAD

La afluencia de población inmigrante hacia nuestro país, si bien está siendo especialmente significativa por su incremento en los años más recientes, responde a la existencia de una corriente que ha presentado variaciones importantes desde que el saldo migratorio se hizo positivo de manera clara y estable. La evolución del volumen migratorio puede ser examinada a partir datos de la Estadística de Variaciones Residenciales que se deriva del Padrón, sin embargo, en la ENI también encontramos información acerca del tamaño de la población inmigrante1 que actualmente se halla en España y en la Comunitat Valenciana, en valores absolutos y relativos, de acuerdo con el país de origen y el año de llegada (Figura 2.1). Antes de examinar los resultados conviene señalar como apreciación metodológica, que dado que no todos los inmigrantes venidos a España y presentes en la Comunitat Valenciana permanecen en nuestro país ni tienen las mismas pautas de permanencia, existe cierto sesgo de selección en la utilización de la variable “año de llegada”, de modo que los inmigrantes venidos en fechas más recientes han tenido una menor probabilidad de poder marcharse, frente a los que vinieron en las primeras etapas del proceso inmigratorio. Con toda la precaución que merece esta apreciación, es posible vislumbrar algunos momentos de distinta intensidad inmigratoria.

Antes del inicio y consolidación del actual proceso migratorio (antes de 1992), la llegada de población inmigrante hacia Valencia estaba protagonizada por habitantes de los países desarrollados que representaban más del 60% del total de llegadas, seguidos a mucha distancia por personas provenientes de países del Norte de África y del resto de América Latina con en torno al 15% del total. Entre 1992 y 2001 (primera etapa del fenómeno inmigratorio en España), siguen predominando personas de países desarrollados (30% del total), pero esta vez otros colectivos aparecen como contribuyentes a la llegada de los inmigrantes. De hecho personas del resto de Europa y también de los países andinos acaparan en torno a la cuarta parte de las llegadas durante ese período. Durante esta segunda etapa, la intensidad de la inmigración aumenta con claridad.

Figura 2.1. Distribución de los inmigrantes por origen y año de llegada a España en la Comunitat Valenciana. (Valores porcentuales y absolutos) 

Figura 2.1. Distribución de los inmigrantes por origen y año de llegada a España en la Comunitat Valenciana. (Valores porcentuales)

Figura 2.1. Distribución de los inmigrantes por origen y año de llegada a España en la Comunitat Valenciana. (Valores absolutos)

Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007 

Sin duda, el período más significativo del fenómeno inmigratorio en Valencia es el que va de 2002 a 2007. Buena parte del colectivo de inmigrantes analizados por la Encuesta y residente hoy en la Comunitat Valenciana habría llegado a España en estas fechas (en torno al 43%). Naturalmente, a la hora de evaluar estas cifras cabe considerar el efecto de sesgo de selección mencionado anteriormente. No obstante, si apreciamos los cambios medidos a través de las cifras de inmigrantes proporcionadas por el Padrón, también cabe destacar un notable aumento de los flujos migratorios, respaldando así una distribución que dota a los años más recientes de un carácter excepcional en cuanto a la llegada de población inmigrante (Arango Vila-Belda, J., 2004, 168; Domingo i Valls, A. y Recaño Valverde, J., 2007, 23; Tezanos, J.F. y Tezanos Vázquez, S., 2006, 20-22).

En ese período, el grupo que más destaca son personas del resto de Europa con más del tercio del total de llegadas, seguido por personas de países dearrollados con una cuarta parte. La mezcla, pues, de inmigrantes en la Comunitat Valenciana cambia profundamente de composición. Estos tiempos de llegada no son muy diferentes si se comparan con los del resto de España, ni tampoco lo es su distribución por origen, salvo por el menor peso de personas provenientes de los países desarrollados en el resto de España.

También conviene destacar el peso de la inmigración ‘histórica’ (a saber: antes de 1992) en algunos colectivos. Más de tres de cada 10 inmigrantes provenientes de los países desarrollados y en torno a la cuarta parte de los africanos y de las personas del resto de América Latina llegaron hace ya muchos años, frente a personas de países andinos y del resto de Europa que forman grupos llegados recientemente a tierras valencianas. Llama la atención el hecho de que dichos porcentajes son menores en Valencia de los que se dan en el resto de España para personas de los países desarrollados (36% frente a 48%). En cualquier caso, el peso global de la inmigración ‘antigua’ en Valencia es algo menor que en el resto de España (19,5% frente al 22% respectivamente). Estas diferencias saldrán a relucir en otras partes de este Informe.

Respecto a la nacionalidad, como elemento de definición legal, el colectivo de inmigrantes se compone fundamentalmente de personas identificables por el concepto de “extranjero”, dado que se trata de personas nacidas fuera de España y sin nacionalidad española. Se trata del grupo ampliamente mayoritario en la Comunitat Valenciana (84% del total). Sin embargo, la Encuesta también ha recogido la situación de personas que han llegado a nuestro país y gozan de la nacionalidad española, ya sea como única o doble nacionalidad. La distribución relativa a la nacionalidad de los inmigrantes según el origen de éstos puede contemplarse en la Figura 2.2. Así, atendiendo al conjunto de la población analizada por la ENI en la Comunitat Valenciana, cerca de un 15,5% de los inmigrantes tienen nacionalidad española, de los cuales un 7,2% disfruta de este estatus desde el nacimiento y un 8,4% la han adquirido en algún momento de su vida. Si estos datos se comparan con los del resto de España, se puede apreciar como el peso de población sin nacionalidad española es bastante superior en Valencia (84% frente al 76%), aunque aparecen importantes diferencias en cuanto a la forma de acceder a la nacionalidad española. El peso de los que la tienen desde el nacimiento es casi igual en el resto de España (7% en ambos contextos), mientras los que la tienen por adquisición es mucho menos frecuente en Valencia que en el resto de España que en (8,4% frente al 15,9% respectivamente).

Figura 2.2. Distribución de los inmigrantes por origen y nacionalidad de la persona elegida en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 2.2. Distribución de los inmigrantes por origen y nacionalidad de la persona elegida en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota1: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana.
Nota2: Los resultados sólo recogen primeras nacionalidades de los inmigrantes
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Según su origen, el colectivo de inmigrantes donde tiene un mayor peso la población extranjera como tal, es el procedente de del resto de Europa-Mundo (97%) y los de los países andinos (91% de estos no tienen nacionalidad española). A cierta distancia se colocan las personas oriundas de África donde 81% son extranjeros, seguido de personas de los países desarrollados donde dicho porcentaje es del 77%. Sólo entre personas del de América Latina, el peso de extranjeros, definidos legalmente, es bastante menor (69%). En el caso de los países desarrollados un 13,4% de los inmigrantes tienen la nacionalidad española desde el nacimiento seguido del 10% entre personas del resto de América latina y de África. En cuanto a las personas oriundas de países desarrollados, y teniendo en cuenta otras características de este colectivo que se verán más adelante (como la edad), podemos estar contemplando al menos en parte la situación de personas nacidas fuera de España a resultas de la emigración de sus familias, pero que han vuelto a nuestro país tras su estancia en el extranjero. Este fenómeno demuestra la existencia de vínculos con ciertos lugares de procedencia de los inmigrantes actuales que, en su día, constituyeron los destinos preferidos por los españoles (fundamentalmente algunos países desarrollados y ciertos países de América Latina) (Sánchez López, F., 1969).

La adquisición de la nacionalidad española es especialmente importante en el caso de las personas procedentes de países del resto de América Latina (20%), mucho mayor que cualquier otro colectivo. Aquí cabe señalar el efecto de la legislación española (Código Civil, art. 22) que favorece, entre otros, a los venidos de países iberoamericanos, pues este colectivo puede acceder a la nacionalidad española tras acreditar dos años de residencia legal en España, permitiéndose en muchas casos la existencia de la doble nacionalidad. Junto a estos, hay que destacar la adquisición de la nacionalidad española entre personas venidas de países desarrollados y de África.

Si se comparan estos resultados con los del resto de España aparecen diferencias de calado. El peso de la nacionalidad española desde el nacimiento es similar en Valencia y en el resto de comunidades, aunque entre distintos colectivos aparecen diferencias dignas de mención, sobre todo con respecto a personas de países desarrollados donde el peso de la nacionalidad desde el nacimiento es muy inferior en Valencia al del resto de España (13% frente al 20% respectivamente).

También existen importantes diferencias por colectivo en cuanto al peso de la nacionalidad adquirida. En todos ellos el peso de la nacionalidad adquirida es menor en Valencia. Dichas diferencias se destacan entre personas provenientes de los países desarrollados (9% frente al 16% respectivamente), los países andinos (8% frente al 14%) y sobre todo personas del resto de América Latina (20% frente al 32%). Puesto que se puede interpretar esta última variable como indicador de una estrategia personal tendente a primar la vinculación con el país de destino, estos resultados nos permiten constatar la existencia de: (1) un mayor compromiso entre inmigrantes en el resto de España frente a los residentes en Valencia, (2) una vinculación especialmente intensa entre personas latinoamericanas, sobre todo las del resto de América Latina, (3) entre estas últimas, un mayor compromiso existente entre los que residen en el resto de España, y (4) entre las personas de los países desarrollados, niveles relativamente altas de nacionalidad adquirida (13-16%) pero sin grandes diferencias entre Valencia y el resto de España. De todo ello, se puede concluir que este compromiso representado por los niveles de nacionalidad adquirida es mayor en España que en Valencia y particularmente importante entre personas provenientes del continente americano. Estos resultados, y en particular los que se refieren a los latinoamericanos, se explican por los lazos históricos entre Latinoamérica y España y el hecho de que Valencia, por no ser fuente importante de emigración transoceánica, nunca se distinguió entre las regiones españolas por sus lazos estrechos con dicho continente.


2.1.2. ESTRUCTURA POR EDAD, SEXO Y ESTADO CIVIL

El perfil de la distribución por edad y sexo de la población inmigrante puede ser analizado a partir de fuentes estadísticas como el Padrón. La ENI, no obstante, también permite examinar estas características, especialmente interesantes si tenemos en cuenta que estos rasgos de los inmigrantes están relacionados con la motivación y naturaleza económica del fenómeno migratorio, pero que también revelan la influencia de pautas culturales, demográficas y sociales relacionadas con las poblaciones de origen.

Si examinamos la estructura por edad y sexo de los inmigrantes en la Comunitat Valenciana y en el resto de España, en función de las principales agrupaciones de países de origen (Tabla 2.1) podemos apreciar similitudes y, también, diferencias significativas entre unos colectivos y otros2. Debido al número de entrevistas realizadas en la Comunitat Valenciana, para este análisis se han utilizado grupos de edad bastante amplios (16-29, 30-44, 45-59 y 60 y más).

Tabla 2.1. Estructura por edad de los inmigrantes según origen en la Comunitat Valenciana y España.
    De 16 a 29 De 30 a 44 De 45 a 59 De 60 y más Total
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Países Desarrollados Comunitat Valenciana   7,5 27,4 25,5 39,5 100
España 14,7 43,1 19,7 22,5 100
Países Andinos Comunitat Valenciana 36,7 47,8 12,2   3,4 100
España 37,6 45,1 13,9   3,3 100
Resto de América Latina Comunitat Valenciana 28,1 37,5 22,8 11,6 100
España 30,0 40,8 20,6   8,7 100
África Comunitat Valenciana 28,3 43,4 18,7   9,6 100
España 33,3 43,8 16,0   6,9 100
Resto Europa, Asia y Oceanía Comunitat Valenciana 42,5 42,3 12,8   2,5 100
España 38,4 43,4 15,1   3,2 100
Total Comunitat Valenciana 26,0 37,7 19,0 17,4 100
Total España 30,9 43,3 17,0   8,9 100

Pese a que en la Encuesta no se han entrevistado a menores de 16 años, no hay duda de que uno de los rasgos característicos del fenómeno migratorio es la existencia de una clara concentración en los grupos de edades jóvenes más claramente vinculadas a la actividad laboral. De hecho, cerca de 64% de todos los inmigrantes están entre 16 y 44 años de edad. También cabe destacar el hecho de que un 17% de los inmigrantes en la Comunitat Valenciana son personas de 60 años y más. Ahora bien, la procedencia juega un papel importante a la hora de configurar ciertas peculiaridades en la estructura demográfica de esta población. De este modo, podemos apreciar como los inmigrantes venidos de los países desarrollados no solamente llegan a nuestro país en edades típicamente activas. En este colectivo, los inmigrantes de más de 60 años forman un grupo especialmente numeroso (un 40% del total), ligándose este fenómeno a una inmigración relacionada con la jubilación, que acaba dando lugar a un fenómeno de estancia residencial prolongada, especialmente en ciertas regiones costeras de nuestro país (Rodríguez Rodríguez, V. y Warnes, T., 2002).

No cabe decir lo mismo de otros colectivos de inmigrantes según el resto de procedencias, ni en lo que respecta a la distribución por edades, ni al volumen de hombres y mujeres que los conforman. El resto de los orígenes considerados en este análisis muestra claramente la importancia de la naturaleza económica del fenómeno migratorio. Así, la mayor parte de la población venida de América Latina, de África y del resto de Europa-Mundo llega a nuestro país han venido en edades fundamentalmente activas. Así, si bien es cierto que en cualquiera de las procedencias (salvo personas de países desarrollados), entre dos tercios y el 85% de los inmigrantes tienen entre 16 y 44 años de edad. Los grupos donde esta concentración se ve con mayor claridad son las personas oriundas de los países andinos y las del resto de Europa (84%). La consecuencia de esta configuración por edad de la población inmigrante se puede apreciar en la edad media de estas personas, que va de un promedio de 52 en el caso de personas de países desarrollados a una edad media de 35 y de 34 en personas de los países andinos y del resto de Europa respectivamente.

De nuevo aparecen importantes diferencias si comparamos la estructura por edad de la población de inmigrantes en la Comunitat Valenciana con la del resto de España, donde la población de inmigrantes es netamente más joven que en Valencia. De entrada, la edad media del conjunto de los inmigrantes en el resto de España es de 38 años, 2.6 años menor que la de los inmigrantes de Valencia. Frente al 64% de la población menor de 45 años de edad en la Comunitat Valenciana, este mismo grupo aumenta su peso a 74% en el resto de España. El peso de personas de mediana edad (45-59) y sobre todo de personas mayores (60 y más) es claramente superior en Valencia que en el resto de España. Todo parece apuntar a un componente de migración orientada al mercado laboral superior en el resto de España que en Valencia donde abundan personas de mayor edad.

Si miramos esta misma variable por origen de las personas, siguen apareciendo diferencias considerables. Oriundos de países desarrollados son apreciablemente más mayores en la Comunitat Valenciana que en el resto de España (52 y 45 respectivamente), debido sin duda al mayor peso, entre ellos, de personas que están aquí por motivos de jubilación, frente al resto del país donde este tipo de inmigrante se ve más compensado, al menos en parte, por inmigrantes que también vienen aquí para trabajar. También se aprecian diferencias entre personas oriundas de África con una población bastante mayor en Valencia que en el resto de España (38,8 y 36,9 respectivamente), y de personas oriundas del resto de América Latina (también mayores en la Comunitat Valenciana).

Se observan pocas diferencias por sexo en la edad de los inmigrantes, tanto en Valencia (41,3 y 41,9 años respectivamente) como en el resto de España (37,6 y 38,4). Si miramos esta misma variable por el origen de los inmigrantes se puede comprobar que casi siempre las mujeres son un poco mayores que los hombres, sin que se observen grandes diferencias.

Los datos presentados hasta aquí nos han permitido apreciar algunas diferencias reseñables en la relación de varones y mujeres que conforman los colectivos inmigrantes según las procedencias definidas. En las líneas siguientes, se pasará a analizar la distribución por sexos (razón de masculinidad) de la población inmigrante. A este efecto, podemos examinar la Tabla 2.2, que recoge la razón entre los sexos, según origen y edad de los inmigrantes en la Comunitat Valenciana como para el conjunto del resto de comunidades de España. Aquí, debido al reducido número de casos de nuevo nos hemos visto obligados a utilizar tan sólo tres grupos de edad (16-29, 30-44 y 45 y más). De acuerdo con la estructura del indicador, el valor 100 nos señala el equilibrio entre varones y mujeres, y valores mayores de 100 un excedente de hombres.

Tabla 2.2 Razón de masculinidad por edad y origen de los inmigrantes en Comunitat Valenciana y España.
  Comunitat Valenciana España
 
Nota : España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Edad    
16-29 112,6 111,9
30-44 129,4 112,9
45 y más 103,1   96,8
Total 114,9 108,2
 
País de origen    
Países Desarrollados 104,7 104,8
Países Andinos   98,6  84,0
Resto de América Latina   83,1  82,1
África 201,5 195,0
Resto de Europa, Asia y Oceanía 126,5 117,3
Total 114,9 108,2

De acuerdo con estos resultados se puede apreciar una gran variedad en la distribución por sexo en los distintos colectivos examinados. Los inmigrantes venidos de los países desarrollados muestran una composición por sexos más equilibrada mientras personas oriundas de América Latina constituyen colectivos claramente feminizados. Por el contrario, personas originarias de África constituyen un colectivo fuertemente masculinizado. Si se comparan estos resultados con los referidos al resto de España, se puede apreciar un mayor nivel de masculinización en la Comunitat Valenciana. Ello se debe ante todo a las personas originarias de los países andinos y del resto de Europa, dos conjuntos donde la masculinización es mayor en Valencia que en el resto de España. Como conclusión rápida y preliminar a estos resultados, cabe destacar que en Valencia sigue habiendo una inmigración claramente dominada por los hombres, aunque se puedan apreciar importantes diferencias por edad y por colectivo de origen.

La Tabla 2.3 contiene la distribución por sexo, edad y estado civil para hombres y para mujeres residentes en la Comunitat Valenciana y en el resto de España. De nuevo se pueden apreciar importantes diferencias por sexo entre los inmigrantes en Valencia. Algo más de la mitad de ellos están casados, aunque el peso de los casados entre los hombres es un poco mayor que entre las mujeres. Cabe decir lo mismo con respecto a los solteros. Si bien algo más del tercio de los inmigrantes están solteros, el peso de éstos entre hombres es mayor que entre mujeres en 8 puntos porcentuales. Ello se aprecia sobre todo entre varones y mujeres relativamente jóvenes (menores de 30 años). Allí el peso de los solteros es muy superior al de solteras, indicando una migración de los varones motivada principalmente por razones laborales, mientras que entre las mujeres la migración en familia también ocupa una parte no despreciable de las personas de esa edad.

Tabla 2.3. Estructura por sexo, edad y estado civil de los inmigrantes en la Comunitat Valenciana y España.
  Varones Mujeres
COMUNITAT VALENCIANA De 16 a 29   De 30 a 44   De 45 a 59   De 60 y más Total De 16 a 29 De 30 a 44 De 45 a 59 De 60 y más Total
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Solteros 74,6 37,4 13,9   4,1 37,5 64,5 25,9 12,1   1,6 29,2
Casados 25,4 54,5 69,9 79,7 53,7 32,1 57,9 60,0 58,1 51,3
Viudos   0,0   1,2   3,7   8,6   2,6   0,0   1,6   4,3 23,0   5,5
Separados/divorciados   0,0   7,0 12,5   7,6   6,2   3,4 14,6 23,5 17,4 14,0
Total  100  100  100  100   100  100  100 100  100  100
ESPAÑA De 16 a 29 De 30 a 44 De 45 a 59 De 60 y más Total De 16 a 29 De 30 a 44 De 45 a 59 De 60 y más Total
Solteros 78,9 31,2 15,2   4,7 41,3 64,8 28,0 16,7   9,3 35,3
Casados 20,5 63,9 75,4 81,8 53,7 33,0 61,2 57,9 45,3 50,6
Viudos   0,0   0,2   0,6   5,8   0,6   0,1   1,5   7,4 33,0   5,2
Separados/divorciados   0,6   4,7   8,8   7,7   4,3   2,1   9,3 18,0 12,5   9,0
Total  100  100  100  100  100  100  100  100  100  100

Otro resultado destacable se refiere al peso mayor de viudos y sobre todo de separados o divorciados bastante superior entre mujeres que entre los hombres. La superior longevidad entre mujeres explica una parte de estos resultados. De hecho, entre personas de 60 años y más, el peso de las viudas es 3 veces mayor entre las mujeres. El otro resultado relativo al peso superior de divorciadas entre mujeres se explica sobre todo por el hecho de que para muchas, las desavenencias de pareja constituye uno de los principales motivos de movilidad. Ello es sobre todo visible entre aquellas que ya han finalizado su propio proceso reproductivo. De hecho, entre mujeres de 45-59 años de edad, el peso de separadas y divorciadas es más del doble que entre los hombres de la misma edad.

Este patrón de comportamiento es similar al que se da en el resto de comunidades españolas, con algunos matices. En el resto de España el peso de los inmigrantes solteros es bastante mayor que en Valencia para ambos sexos. Cabe destacar, asimismo, que el peso de la separación y el divorcio entre mujeres es bastante más acentuado en la Comunitat Valenciana que en el resto de España. En cualquier caso, tanto en Valencia como en el resto de comunidades estos resultados señalan dos aspectos fundamentales de muchos procesos migratorios: los hombres que emigran a menudo lo hacen a edades tempranas y como solteros, mientras entre mujeres hay un componente importante de ruptura matrimonial como causa de la migración.

Figura 2.3. Estructura por sexo y estado civil de los inmigrantes según origen en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 2.3. Estructura por sexo y estado civil de los inmigrantes según origen en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

En la Figura 2.3 se ve la distribución por sexo y estado civil de los diferentes colectivos que integran la muestra contenido en la Encuesta Nacional de Inmigrantes, con datos para la Comunitat Valenciana y para el resto de España. Esta información nos permite profundizar en la información ya presentada en líneas anteriores. El panel superior de esta figura contiene las comparaciones básicas por sexo en la Comunitat Valenciana y con el resto de España. De entrada, cabe afirmar que la incidencia de familias desestructuradas es mucho mayor entre mujeres. No sólo entre ellas es mayor la incidencia de la separación y del divorcio (el 14% frente al 6% de los hombres), sino que también afecta a la desestructuración debido a la viudedad, muy reducida entre hombres (5,5% frente al 2,6%). Tomado en su conjunto, la incidencia de parejas rotas por uno y otra razón se eleva al 19,5% entre mujeres frente al 8,8% entre hombres.

Relacionado con esto es el hecho de que existe bastante mayor propensión de los varones a vivir en pareja (54% frente al 51%), así como a ser solteros (38% frente al 29%). No se aprecian grandes diferencias con respecto al resto de España en esta distribución. Entre hombres, cabe citar el mayor peso de solteros en el resto de España (41% frente al 37,5%). El peso de la desestructuación global de las parejas (viudedad y divorcio) es bastante mayor en Valencia que en el resto de España, tanto entre hombres (8,8% frente 5%) como entre mujeres (19,5% frente al 14%). Estamos, pues, ante una diferencia pequeña pero clara en la migración en ambas zonas, con un peso mayor de la desestructuración de la pareja en Valencia que en el resto de España.

Si miramos esta misma variable por zonas de origen, aparecen importantes diferencias. El peso mayor de separados y divorciados se puede observar entre personas oriundas de los países desarrollados (14%), con los niveles más bajos dándose entre inmigrantes procedentes del continente africano (3,5%). El mayor peso de solteros con diferencia se puede observar entre inmigrantes procedentes de los países andinos (54%) y el menor entre personas de los países desarrollados (19%). Por el contrario, estos dos colectivos mantienen una relación inversa con respecto a la viudedad, con niveles muy superiores entre personas provenientes de los países desarrollados (7%) que entre las que vienen de los países andinos y de países africanos (en torno al 2%). El resultado final de estas distribuciones es el hecho de que personas provenientes de África evidencian el mayor nivel de personas casadas (61%) frente a los países andinos donde dicha cifra sólo abarca un 31% de la población.

Estas diferencias se explican por varias razones: 1) Como se ha visto antes, la edad media de estos colectivos es muy diferente, siendo bastante mayor entre personas de los países desarrollados que en otros colectivos. 2) Las personas oriundas de los países desarrollados vienen de sociedades caracterizadas tradicionalmente por un alto nivel de disolución matrimonial. Situación parecida se da en originarios de América Latina. Por el contrario, las sociedades de origen de los africanos son sociedades donde la disolución matrimonial no es un fenómeno social relevante. 3) El peso de la inmigración económica reciente está relacionado con la incidencia de personas solteras presentes en Valencia, dándose los niveles mayores entre personas de los países andinos, del resto de América y el resto de Europa. Si los africanos no evidencian niveles mayores de soltería es porque muchos de ellos ya han formado familia.

Las pautas de formación y disolución de las parejas entre la población inmigrante revelan también las diferencias existentes entre los distintos colectivos según origen. A los contrastes económicos, que suelen distinguir unos grupos de inmigrantes y otros, se suman las diferencias sociales y culturales que desempeñan en este tema del estado civil un papel esencial. Podemos percibir unas pautas de comportamiento más tradicionales, donde el matrimonio tendría un mayor peso, como en el caso de los africanos, frente a unas pautas más modernas donde aparecen fenómenos más propios de las sociedades más desarrolladas como la separación y el divorcio que, junto a un menor peso del matrimonio, sirven para dar cabida a una estructura diferente en cuanto al estado civil. Obviamente, estas diferencias también significan distintas implicaciones de esta estructura respecto al fenómeno migratorio y respecto a la sociedad de acogida. Cabe esperar que la situación de unos colectivos y otros y sus demandas sean también diferentes en lo que tiene que ver con la formación y composición de las familias y de los hogares, aspectos que se tratará más adelante en este Informe.


2.1.3. ENDOGAMIA Y EXOGAMIA MATRIMONIAL

Siguiendo con la relevancia del estado civil y de sus características, cabe dedicar un lugar destacado al fenómeno del emparejamiento. La nupcialidad constituye, por lo general, un fenómeno especialmente significativo en la trayectoria vital de cada individuo con claras repercusiones tanto en el terreno afectivo como en el económico, demográfico y social. En el caso de la población inmigrante este fenómeno adquiere una significación aún más especial por lo que tiene de relevancia a la hora de establecer unos determinados vínculos con la red migratoria y, también, con la sociedad receptora. Así, el emparejamiento tiene claras repercusiones para el mismo proceso migratorio (puede redefinir una determinada estrategia migratoria) y sirve, también, para comprender el funcionamiento de otros procesos sociales relacionados, que tienen que ver en buena medida con la sociedad de acogida (familia, fecundidad, vivienda, educación…). Por tanto, es relevante que los inmigrantes se emparejen o no una vez llegados a la sociedad de destino, pero también es muy importante saber con quién se emparejan. En este sentido, se viene prestando una especial atención a la definición de patrones de comportamiento endogámicos o exogámicos entre la población inmigrante, como elementos que permiten al investigador comprender otras pautas ligadas a la fecundidad, la composición de los hogares, la dinámica de las redes migratorias y, muy especialmente, el proceso de integración de los inmigrantes en la sociedad de acogida. Así, suele asociarse la endogamia con un menor avance del proceso de integración, mientras que se atribuye a la exogamia un valor diferente en este sentido (Cortina Trilla, C., et al., 2006, 3; Gil Calvo, E., 2005). En este punto, no se trata aquí de llegar a una evaluación del alcance de este tipo de comportamientos como de establecer la existencia de unas determinadas pautas de emparejamiento y sus características entre la población inmigrante.

La ENI permite realizar un examen de las pautas de comportamiento nupcial de los inmigrantes y, de esta manera, es posible conocer la composición de los matrimonios de los distintos colectivos. Tomado en su conjunto, se puede estimar que cerca del 71% de los matrimonios de los inmigrantes son verdaderamente endogámicos; es decir, se celebran entre personas del mismo grupo.3 Otros 24% de las parejas son resultado de un matrimonio entre un inmigrante y una persona de nacida en España. Sólo 4% de las parejas son matrimonios entre personas de distintos orígenes. La comparación con los datos del resto de España muestra niveles superiores de endogamia entre inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana. El porcentaje bastante elevado de matrimonios con españoles es muy llamativo y indica que buena parte de la comunidad de inmigrantes mantiene lazos importantes con España, aunque también cabe señalar que su incidencia en Valencia es bastante inferior al resto de España. Ello nos permite concluir que, al menos en cuanto a la variable analizada aquí, los lazos con España son más débiles en la Comunitat Valencia que en el resto del país. Este resultado no hace sino apoyar otro resultado ya presentado referido a la incidencia de la nacionalidad adquirida, también menor en Valencia.

Se pueden apreciar importantes diferencias si estos datos se organizan por grupos de origen (Tabla 2.4). En Valencia el grupo que mantiene índices más altos de matrimonios con españoles son personas de los países desarrollados (35%) y, a cierta distancia, del resto de América Latina (30%) seguido de África (23%). La incidencia es bastante menor entre los otros dos colectivos utilizados en este Informe. Estos resultados marcan de manera muy clara el grado de cercanía con la sociedad española en los distintos colectivos, con unos inmigrantes viviendo muy cerca de la realidad española, frente a otros donde las distancias son grandes. La mayor cercanía en algunos, sin embargo, responde a razones diferentes. Con respecto a personas de países desarrollados estamos ante matrimonios mixtos que se habrán formado hace ya tiempo y posiblemente en otros países. En cuanto a los colectivos del resto de América Latina, estamos ante un colectivo con hondos vínculos históricos y culturales con España, tanto por la historia vivida en común como por los trasvases migratorios que siempre han caracterizado estas sociedades. En los tres casos ya referidos, los grupos incluyen personas que llevan muchos años en España y Valencia. En el polo opuesto están los inmigrantes del resto de Europa y de los países andinos que llevan pocos años en España y cuyos países de origen no mantienen vínculos con la sociedad española. Es, por tanto, de esperar estos bajos niveles de matrimonio con nativos españoles. También se trata de los colectivos donde el grado de endogamia matrimonial es mayor.

Tabla 2.4. Endogamia y exogamia matrimonial entre inmigrantes en la Comunitat Valenciana y España.
Comunitat Valenciana (%) Países Desarrollados Países Andinos Resto América Latina África Resto Europa-Mundo
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Países Desarrollados 61,8   0,0   6,6   5,1  2,5
Países Andinos   0,2 83,1   0,0   0,0   2,1
Resto de América Latina   1,2   3,1 63,5   0,0   0,5
África   0,3   0,0   0,0 72,0   0,3
Resto Europa-Mundo   1,5   1,0   0,0   0,0 82,8
España 35,0 12,9 29,9 22,9 11,7
Total 100 100 100 100 100
España (%) Países Desarrollados Países Andinos Resto América Latina África Resto Europa-Mundo
Países Desarrollados 40,7   1,0   2,2   1,6   1,7
Países Andinos   0,6 77,6   1,8   0,2   0,2
Resto de América Latina   2,8   2,0 53,0   0,7   0,7
África   1,2   0,4   0,2 73,3   1,1
Resto Europa-Mundo   0,9   0,6   0,6   0,8 83,3
España 53,8 18,3 42,2 23,4 12,9
Total 100 100 100 100 100

Si comparamos los resultados obtenidos en Valencia con los del resto de España, algunas diferencias importantes aparecen. Tanto las personas provenientes de los países desarrollados como las del resto de América Latina muestran un nivel de emparejamiento con españoles mucho mayor en el resto de España, con una diferencia de 19 puntos porcentuales en el caso de los primeros, y de más de 12 puntos porcentuales en los segundos. Estos resultados no sorprenden si consideramos algunos hechos: 1) Los jubilados de los países desarrollados tienen mucha menor importancia en el resto de España que en Valencia por lo que el matrimonio de ellos tendría más que ver con contactos reales entre parejas y menos con España como lugar de descanso. 2) Tal y como se ha señalado ya, Valencia es de las regiones con menores vínculos históricos con el continente americano, fruto a su vez de la baja participación valenciana en los flujos migratorios que sirvieron de base para dichos vínculos. Estos resultados nos permiten profundizar bastante más en nuestro análisis de la tipología de los distintos procesos migratorios que afectan a España y de manera especial a la Comunitat Valenciana.

Sin duda, un análisis más pormenorizado de este tipo de información permitirá ahondar en el conocimiento de las pautas matrimoniales de los inmigrantes y en las implicaciones de estos para otros fenómenos como la formación de la familia, la fecundidad y las características propias de los hogares.


2.1.4. EDAD AL LLEGAR A ESPAÑA

Otro aspecto relevante a considerar en la estructura demográfica de los inmigrantes tiene una dimensión más dinámica y temporal. De hecho, la ENI permite examinar ciertas características del colectivo de inmigrantes en momentos clave del proceso migratorio. En este sentido también se han incluido en este Informe los cambios que se han dado en la composición por edad y sexo de la población inmigrante según el año de su llegada a España. Aquí nos interesa aproximarnos a la edad que tenían estos mismos inmigrantes en el momento de llegar a España. Aquí este análisis se ha hecho desde la perspectiva de la zona de origen y el año de llegada. Conviene tener muy presente que la variable “año de llegada” está afectada, muy posiblemente, por un efecto de selección importante sobre la muestra4 . Con todo, es interesante realizar este tipo de análisis para apreciar posibles cambios en la estructura demográfica de la población en los países de origen y, también, ciertas modificaciones en el patrón de edades de la inmigración, relacionado con la intensificación de los flujos migratorios en los últimos años.

La Figura 2.4 muestra la evolución de la edad media de los inmigrantes según el año de llegada, sexo y país de procedencia para mayores de 15 años, tanto para Valencia como para el resto de España. Al obviar a los que llegaron cuando eran menores de esta edad, es cierto que se pierde el detalle de la posible influencia de un componente familiar de la inmigración, pero dado que se toma como referencia una edad más relacionada con la actividad económica, se puede matizar, al menos en parte, el efecto de selección antes mencionado

Figura 2.4. Edad media de los inmigrantes a su llegada a España, según sexo, origen y año de llegada en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 2.4. Edad media de los inmigrantes a su llegada a España, según sexo, origen y año de llegada en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Teniendo bien presente la posible influencia de dicho sesgo de selección, la evolución mostrada por la Figura 2.4 nos revela la existencia de un patrón de edades con ciertas diferencias en las primeras etapas del proceso inmigratorio en España, respecto a las más recientes. Por regla general, para todos los colectivos las personas que llegaron antes de 1992 lo hacían a una edad menor que los que han llegado más recientemente. Consideramos que ello refleja un mayor componente familiar de los inmigrantes antiguos, que habrían llegado, muchos de ellos, como hijos de familia. Ese componente pierde cierta relevancia en períodos más recientes. También llama la atención el hecho de que muchos de los inmigrantes, tanto hombres como mujeres, llegan a edades relativamente mayores (28-35 años). No significa que no abundan también los inmigrantes jóvenes y solteros previstos por la teoría, sino que también hay personas de más edad.

El grupo que más edad tiene al llegar a España entre los residentes en la Comunitat Valenciana son, claro está, aquellas personas provenientes de los países desarrollados, entre cuyas filas figuran muchas personas ya jubiladas. Su presencia, está claro, influye mucho en la línea verde de la figura que se refiere al conjunto de la población. De los otros colectivos el correspondiente a los oriundos del resto de América Latina también tienen una edad relativamente elevada. Ello se aprecia en todos los períodos estudiados, por lo que puede considerarse un rasgo común de este grupo. Los demás colectivos recogen perfiles de inmigración propios de la inmigración económica con niveles relativamente reducidos de cualificación laboral. A lo largo de este Informe se irán presentando amplias pruebas de la validez de esta diferenciación de tipologías de inmigrantes.

Cabe también destacar el aumento generalizado en la edad media a lo largo del tiempo. Este aumento es de 6 años en lo que se refiere a los hombres y de 3 años con respecto a las mujeres. Dicho aumento afecta a todos los colectivos, con la excepción de los andinos –debido sin duda a la escasez de casos para ese primer período. Este aumento en la edad, como ya se ha afirmado, nos habla de la reducción de llegadas como hijos de familia entre nuestros entrevistados, pero también señala la importancia de personas de cierta edad en estos procesos migratorios, incluso en colectivos no relacionados con los países desarrollados.

La comparación con los resultados correspondientes al resto de España es también muy instructiva. Los datos de este último colectivo se recogen en el panel inferior a la Figura 2.4. La mayor diferencia se aprecia en la edad media en la que los inmigrantes llegan a España, muy superior entre los que residen en Valencia a los que residen en el resto de España. En el último periodo, por ejemplo, la diferencia es de 4 años entre varones y de 3,5 entre mujeres. Estas diferencias son más destacadas entre personas provenientes de los países desarrollados donde, para el período más reciente, los varones en Valencia son 7 años mayores que en el resto de España. De hecho, las grandes diferencias observadas responden sobre todo a varones de los países desarrollados. Entre otros colectivos las diferencias son pequeñas y su sentido no es uniforme. En cuanto a mujeres, las diferencias son también importantes y no siempre son mayores las personas que residen en Valencia. De nuevo destaca la diferencia entre mujeres de países desarrollados que en el período más reciente han tenido una edad de llegada a España casi 10 años mayor entre mujeres residentes en la Comunitat Valenciana que en el resto de España.

La explicación de estos resultados de nuevo nos remite a la importancia de las personas que residen en la comunidad que han venido para jubilarse o para retirarse de alguna manera de sus quehaceres laborales. Valencia atrae como lugar de residencia por razones que no siempre se relacionan con la actividad económica. Estos resultados hubiesen podido ser diferentes de haberse incluido en la Encuesta Nacional de Inmigrantes a personas ocupadas en el trabajo temporal en el entorno rural. Este grupo, no obstante, está subestimado en la ENI debido al hecho de que se realizó en un momento concreto del año (noviembre-febrero) y que se basaba en personas efectivamente empadronadas. Debido a ello, estos resultados destacan una realidad en ausencia del trabajo temporal.


2.1.5. EDUCACIÓN

Una de las principales aportaciones de la ENI al estudio del fenómeno migratorio consiste en la inclusión del nivel de estudios como una de las variables sustantivas que permite conocer la influencia de la educación en el proceso migratorio. De hecho, en este Informe podrán encontrarse varios análisis en los que el nivel de estudios se convierte en pieza clave para la interpretación de distintos aspectos de dicho fenómeno. Sin embargo, en este apartado sólo se va a presentar una caracterización básica de la población inmigrante según esta variable que, sin duda, tiene un alcance mucho mayor, como se verá más adelante.

Para esta primera caracterización de los inmigrantes en función del nivel educativo se ha seleccionado a la población inmigrante de 20 a 34 años con el fin de evitar distorsiones por la inclusión de personas de mayor edad, que han podido culminar períodos formativos en otras etapas del ciclo vital. Así mismo, hay que tener en cuenta los sesgos que pudieran introducir los cambios que se han dado en el sistema educativo a lo largo del tiempo. De esta forma podemos captar un perfil más homogéneo respecto a la población inmigrante y su nivel educativo. Los resultados se muestran en la Figura 2.5.

 

Figura 2.5. Distribución de los inmigrantes por sexo, origen y educación en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 2.5. Distribución de los inmigrantes por sexo, origen y educación en la Comunitat Valenciana y España.

Nota1: Basado en inmigrantes de 20 a 34 años de edad.
Nota2: El tercer y cuarto panel contienen información referida a ambos sexos.
Nota3: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Como puede apreciarse, la población inmigrante constituye una mano de obra con un perfil de cualificación medio de cierta relevancia. De hecho, dos tercios de los inmigrantes residentes en Valencia tienen completados estudios de primer y segundo ciclo de secundaria, un 14% tienen estudios de educación superior y un 19% pertenecen al grupo de educación primaria o sin estudios.

Por lugares de origen, el colectivo migratorio con mayor nivel de estudios es el de los países desarrollados, seguido del procedente del resto de América Latina. Entre los primeros, un 31% del colectivo han cursado estudios de tercer ciclo. Se trata de niveles de educación bastante elevados, superiores a los existentes entre la población española. Los otros colectivos evidencian unos niveles de educación bastante inferiores, salvo entre personas del resto de América Latina. El nivel más bajo, con diferencia, se da entre las personas procedentes de África donde el 40% del colectivo no ha pasado de los estudios primarios, y tan sólo un 8% ha cursado estudios superiores.

Por sexos, las diferencias existen aunque no son demasiado elevadas. Lo más destacable es el perfil general que juega a favor de las mujeres en cuanto a nivel educativo, siendo en el colectivo femenino donde encontramos niveles más altos de educación superior. Cabe destacar que la educación de los inmigrantes varones es bastante menor que la de mujeres, hecho que se ve sobre todo en la enseñanza de tercer ciclo donde las mujeres aventajan a los hombres en 5 puntos porcentuales (16,7% frente a 11,7%).

Por otra parte, cabe destacar el hecho de que la población inmigrante en Valencia tiene un nivel educativo claramente inferior a los inmigrantes en el resto de España. Ello se ve sobre todo con respecto a personas con educación superior cuyo porcentaje en Valencia es casi 4 puntos porcentuales menor en Valencia. (14,2% frente a 18%). Si miramos esta misma comparación en cuanto a las diferencias por sexo, se puede observar de nuevo la superior educación de inmigrantes en el resto de España, puesta de manifiesto en cuanto a niveles de educación superior (para varones: 15,2% entre varones en el resto de España y 11,6% en Valencia, y para mujeres: 20,8% frente a 16,7%). Examinando esta misma variable por colectivos, es evidente que en el resto de España el nivel educativo de la población es bastante mayor que en Valencia. La diferencia más llamativa afecta a los inmigrantes provenientes del resto de América Latina entre los cuales 18% tiene estudios superiores en Valencia frente al 26% en el resto de España.

Estas diferencias de nivel de educación entre Valencia y el resto de comunidades de España, con evidente desventaja para Valencia, parece indicar que la cualificación laboral de la población inmigrante en la Comunitat Valenciana será también menor que en el resto de España. Por otra parte, las ventajas de las mujeres en materia educativa parece contradecir buena parte de lo que se sabe sobre la educación en origen, donde las ventajas de hombres vienen siendo habituales, sobre todo en sociedades en desarrollo.

Si comparamos los resultados aquí presentados con los de la población española derivados del Censo de 2001 para el mismo grupo de edad, se puede apreciar que, si bien existen ciertas diferencias con la sociedad española, estas no pueden considerarse demasiado acusadas, al menos para el conjunto de la población inmigrante. Con todas las salvedades que se pueden establecer para esta comparación, se aprecia entre la población española del Censo una ligerísima mayor proporción de personas que tienen estudios de segundo ciclo y de grado superior respecto a la población inmigrante de la ENI, aunque las diferencias no establecen patrones acusadamente distintos. De hecho, otros trabajos, con otras fuentes de datos, ponen de relieve una situación en los que la población inmigrante presenta un perfil muy similar en cuanto a estudios superiores con la población española (Consejo Económico y Social, 2004, 28; Izquierdo Escribano, A., 2003, 28-29).


 
2.1.6. LA FECUNDIDAD DE LAS MUJERES INMIGRANTES

En los últimos años, en la medida en que el número de inmigrantes ha crecido significativamente y que el número de nacimientos que se originan en la población extranjera ha sido mayor cada año, los efectos demográficos de la inmigración han comenzado a formar parte del debate público, a tener creciente presencia en los medios de información y a recibir mayor atención en el ámbito de la investigación sobre la inmigración. El más visible e inmediato de los efectos demográficos es el impacto directo de la inmigración en el aumento de la población española y, con una visibilidad cada vez mayor por su peso creciente y por su trascendencia actual y futura, el efecto del número de hijos de los inmigrantes. Bien sea porque han nacido aquí, que son la mayoría, o porque han venido a reunirse con sus padres o vinieron con ellos, que son la minoría, engrosan ya el efectivo de menores de diez años registrados por el último padrón que alcanza al 9,2 por ciento de la población extranjera5 en España. Es el efecto combinado de una alta fecundidad y un elevado número de mujeres en edad fértil que se traduce en el creciente número de nacidos, bien antes o bien después de que estas últimas hayan llegado a España.

Aunque la fecundidad de los inmigrantes ha venido recibiendo creciente atención; aún tenemos un conocimiento incompleto de las pautas reproductivas de la población extranjera en España (Roig y Castro, 2007) y, por consiguiente, estamos aún limitados para evaluar convenientemente sus efectos sobre la demografía española y las implicaciones a corto, mediano y largo plazo. En la Encuesta Nacional de Inmigrantes se prestó particular atención a generar información relevante sobre los hijos de los inmigrantes y, por supuesto, también a investigar a fondo los principales componentes de las pautas reproductivas de la población extranjera en España. Para obtener información básica sobre fecundidad, en la encuesta se preguntó a todos los inmigrantes entrevistados, tanto varones como mujeres, por el número de hijos tenidos hasta el momento de la entrevista. Esta información permite varias aproximaciones metodológicas para medir la fecundidad, entre ellas, la fecundidad acumulada durante la vida reproductiva que utilizaremos en este epígrafe para examinar el nivel de la fecundidad de las inmigrantes; así como su diferenciación de acuerdo con características tales como el lugar de procedencia y el nivel de educación alcanzado por las mujeres de los distintos colectivos extranjeros presentes en la Comunitat Valenciana y en comparación con el resto de España.

Es conveniente aclarar que, al hablar de fecundidad, aquí nos referimos al número medio de hijos tenidos por las mujeres de una generación en todo su período fértil. Es decir, como indicador del nivel de fecundidad se utiliza habitualmente el número medio de hijos tenidos nacidos vivos6 por las mujeres que tenían entre 50-54 años al momento de la entrevista. Ello hubiera sido ideal en este Informe ya que permitiría precisar bastante bien el final del período reproductivo de la mujer, pero no ha sido posible debido al número de mujeres entrevistadas en la Comunitat Valenciana. Por ello, en este estudio se han utilizado mujeres de 35-60 años de edad. El indicador se aproxima de forma bastante imperfecta a la descendencia final de las mujeres. Sin ser ideal, nos puede servir. En la fecundidad de una generación intervienen múltiples factores o variables que, ya sea por voluntad individual o indirectamente por la influencia de las condiciones económicas, sociales y culturales, determinan el momento y la frecuencia con que los miembros de esa generación tienen sus hijos. ¿Qué factores adicionales intervienen en la fecundidad de los inmigrantes derivados de su experiencia migratoria?

En lo que tiene que ver con la compleja relación entre inmigración y fecundidad, hay que tener presente y es oportuno comentar, además, que la experiencia migratoria de la gran mayoría de los varones y sobre todo de las mujeres inmigrantes se gesta durante edades o etapas muy significativas del ciclo reproductivo. En otras palabras, en el caso de los inmigrantes hay una coincidencia y superposición inevitables entre dos proyectos cruciales en la vida de estas personas: el proyecto migratorio y el proyecto reproductivo y familiar.

La mayoría de los inmigrantes han llegado a España en edades centrales del período reproductivo, como se mostró en la Figura 2.4 de este Informe. Esto quiere decir que la decisión de venir se tomó y el hecho migratorio mismo se realizó durante la etapa de la vida en la cual las parejas también tienen sus hijos. Seguramente una parte de los inmigrantes tuvieron sus hijos antes de venir, mientras que otra prefirió dar prioridad al proyecto migratorio y posponer o modificar sus preferencias reproductivas. El grado en que interfiere la inmigración sobre la conducta reproductiva depende de diversos factores, entre ellos, de la edad al momento en que se llega a la sociedad de acogida. Los que llegan más jóvenes pueden apostar por construir su proyecto reproductivo y familiar en el país de acogida en tanto que logren encaminar con éxito aceptable el proyecto migratorio. En estos casos es de esperar que las pautas de fecundidad que adopten estos inmigrantes jóvenes sean posiblemente semejantes a las prevalecientes en la sociedad receptora. En cambio, si la edad de llegada coincide con una etapa intermedia del ciclo reproductivo cuando ya se ha formado y se construye la familia, el hecho migratorio interrumpe el ciclo reproductivo y familiar.

A partir de aquí  se abren diferentes opciones que, en la mayoría de los casos, pasan por reunificar la familia y completar las preferencias de fecundidad en la sociedad de acogida. Es posible que la influencia de las pautas de fecundidad de la sociedad de acogida, en estos casos, sea menor. Otro de los aspectos a tener en cuenta cuando se examina la fecundidad de los inmigrantes tiene que ver con el origen de los miembros de la pareja conyugal (Anderson, G., 2004; Frank, R. y P. Heuveline, 2005) ¿Cómo entender el efecto de la inmigración sobre las pautas de fecundidad cuando se trata de matrimonios o parejas mixtas entre inmigrantes y españoles o entre inmigrantes del mismo o de distinto origen?7 El resultado de estas complejas interacciones se van a expresar, finalmente, tanto en el tempo como en el quantum de la fecundidad de los inmigrantes.

De acuerdo con los datos que proporciona la ENI, el conjunto de las inmigrantes residentes en Valencia tienen un nivel de fecundidad de 2,03 hijos como promedio acumulado por mujer hasta los 35-60 años, cifra ligeramente suprior a los 1,93 hijos que se dan entre inmigrantes en el resto de España. De haber podido precisar más el período reproductivo de estas mujeres, dicha cifra habría sido algo mayor, pero no mucho. Se trata, indudablemente, de una fecundidad baja, ligeramente inferior al nivel de reemplazo generacional; pero que es un 26 por ciento mayor que la bajísima fecundidad de las españolas en su totalidad, que sólo alcanzan a tener 1,6 hijos como descendencia final, según estimaciones recientes (Delgado y Zamora, 2006). Hay que subrayar además que ese nivel de fecundidad de las inmigrantes, que es realmente bajo, contrasta con el hecho de que en la mayoría de los países de origen con más peso en la inmigración recibida por España durante los últimos diez años, la fecundidad ha sido superior o similar y, sólo en pocos casos inferior, al nivel de fecundidad que registran las inmigrantes en España. La gran excepción a este hecho son los inmigrantes provenientes de los países desarrollados, cuya fecundidad en origen es sólo un poco mayor que la vigente en España, o las personas del resto de Europa donde la fecundidad terminada es similar o inferior a la vigente en España.

En cualquier caso, es probable que estemos observando en las inmigrantes entrevistadas un nivel de fecundidad que ya traduce el efecto depresor de la experiencia migratoria. En efecto, cuando consideramos la fecundidad del conjunto de las inmigrantes, pero teniendo en cuenta la edad que tenían al llegar a España, resulta que las que llegaron en una etapa central de su período fértil, por ejemplo entre 25 y 34 años, acumulan 0,6 hijos menos al final de su vida reproductiva que las que llegaron antes o después de esa etapa tan significativa del período fértil. Para ilustrar el nivel y las diferencias según la procedencia de las inmigrantes se incluye la Figura 2.6 con datos concretos para la Comunitat Valenciana y en comparación con el resto de España.

Figura 2.6. Número medio de hijos tenidos según el origen de las mujeres inmigrantes (de 35 a 60 años de edad) en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 2.6. Número medio de hijos tenidos según el origen de las mujeres inmigrantes (de 35 a 60 años de edad) en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota1: Mujeres inmigrantes entre 35 y 60 años de edad al momento de la entrevista
Nota2: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

En la Comunitat Valenciana, por el lado de la fecundidad más baja respecto al conjunto de las inmigrantes, se destacan las procedentes de países desarrollados con un nivel de fecundidad un 22% menor que la media de los inmigrantes, seguido por mujeres del resto de Europa-Mundo cuya fecundidad es 5% menor. Para mujeres del resto de América Latina es un poco mayor (en 3%) y para las de los países andinos y de África es bastante superior (en 15% y 64% respectivamente). Cabe destacar que estos niveles de fecundidad son probablemente inferiores a los vigentes en muchos de los países de origen, al menos en los últimos dos colectivos mencionados. Al comparar estos datos con los del resto de España, se puede apreciar como en general las mismas pautas prevalecen en el conjunto del país, aunque la fecundidad es algo mayor en Valencia.

De todos los indicadores de la situación socioeconómica, la educación está entre los que son más ampliamente considerados en el análisis de los comportamientos demográficos. Esto ha sido particularmente cierto en el análisis de la fecundidad,  puesto que la educación ha sido un poderoso factor en la modernización de las conductas reproductivas y el nivel de estudios alcanzado un claro factor de diferenciador del nivel de fecundidad de las poblaciones (Cleland, J., 2002). Teniendo esto en cuenta y apoyándonos en las posibilidades que ofrece la información proporcionada por la ENI, se utilizó la variable “nivel de estudios más alto alcanzado” para observar las diferencias de fecundidad de las inmigrantes. Tomando como base la información ilustrada en la figura anterior y aplicando la clasificación en tres categorías de nivel de estudios, se elaboró la información que se ilustra en la Figura 2.7 que se incluye a continuación.

Figura 2.7. Número medio de hijos tenidos según la educación de las mujeres (de 35 a 60 años de edad) inmigrantes en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 2.7. Número medio de hijos tenidos según la educación de las mujeres (de 35 a 60 años de edad) inmigrantes en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Una visión de conjunto muestra que el nivel de estudios establece una clara diferenciación en la fecundidad. Para el total de las inmigrantes en Valencia, la fecundidad va desde la más alta (2,7 hijos) en las mujeres con nivel de estudios primario o sin estudios, desciende a un total de 1,5 hijos para aquellas mujeres con educación superior. Dicha relación se da tanto entre mujeres inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana como entre las residentes en el resto de España, con mujeres de menor nivel educativo teniendo casi el doble de niños que mujeres con más educación. Así, a mayor nivel de estudios menor es el nivel de fecundidad. La influencia de la educación como factor diferenciador de las conductas reproductivas es evidente, como se puede observar, aún cuando el proceso migratorio interviene en etapas centrales del período reproductivo de las inmigrantes.


2.2. Hogares y familias de los inmigrantes

La información que proporciona la  Encuesta Nacional de Inmigrantes es muy amplia y variada en relación con los hogares y las familias de los inmigrantes. En esta parte del Informe, sin embargo, sólo se propone ofrecer una primera ojeada a algunos de los aspectos principales que caracterizan los hogares y las familias de los que han llegado y se han establecido en los últimos años en España y que residen actualmente en la Comunitat Valenciana.

Nos proponemos llevar a cabo ese propósito mediante dos enfoques diferentes. El primero considera al hogar como unidad de análisis, es decir que el perfil de los hogares queda determinado por las características del conjunto de sus miembros y es a partir de éstas que se forman las categorías o agrupaciones que permiten diferenciar a los hogares y establecer sus relaciones con otras variables significativas. Dicho de otra manera, en este enfoque el hogar es el objeto de análisis. El segundo enfoque es más tradicional puesto que parte de considerar algunos de los atributos más significativos de las personas, en este caso de los inmigrantes entrevistados, y establecer su relación con el contexto hogareño o familiar de estos. Por tanto la relación se establece entre el entrevistado y el grupo de corresidencia en que se inserta. En este sentido, las características del hogar contextualizan la experiencia de las personas entrevistadas.

Dentro de este análisis, los hogares se han clasificado por los siguientes grupos de características de sus miembros: origen, año de llegada, estructura por parentesco, tamaño, edad y masculinidad. Los detalles de las distintas clasificaciones se podrán encontrar a lo largo de las páginas que siguen. Todas las clasificaciones se basan en el conjunto de los corresidentes. Como ya se señaló en la introducción de este Informe, al tratar el hogar en su conjunto, se ha utilizado un factor de ponderación de viviendas, y cuando se analizan las características de las personas entrevistadas en función de las de los hogares donde viven, el factor de ponderación se ha basado en personas, tal y como se viene haciendo en el resto de este Informe.

Parece conveniente señalar aquí que en la ENI se considera como hogaral conjunto de personas que residen habitualmente en la misma vivienda y que, además, se diferencia entre hogar y familia. Así, los hogares pueden ser unipersonales o estar compuestos por múltiples personas no emparentadas entre sí; en cambio, la familia tiene que constar, por lo menos, de dos miembros con vínculos de parentesco.


2.2.1. LOS HOGARES DE LOS INMIGRANTES

El hogar constituye un ámbito imprescindible para el desarrollo de los proyectos vitales de las personas. Por eso la constitución y evolución de las familias está tan íntimamente vinculada con la formación y la estabilidad del hogar. Aunque como sabemos la familia en sentido extenso trasciende al grupo doméstico de corresidencia, se reconoce habitualmente que muchos de los aspectos más importantes de la vida familiar tienen lugar en el seno del hogar. La reproducción, la crianza, el crecimiento y desarrollo y la socialización de los hijos, por mencionar algunas de las funciones familiares más trascendentes, se desarrollan en el grupo doméstico de corresidencia u hogar familiar. El hogar es también una unidad económica y como tal tiene que asumir funciones y adoptar estrategias destinadas a garantizar su permanencia y su estabilidad y velar por el bienestar de sus miembros. Así, en el ejercicio tanto de las funciones familiares como de las funciones económicas, el tamaño, la composición, las estructuras familiares y la propia dinámica de los hogares traducen o dejan entrever, en cierta medida, esas estrategias de supervivencia. El hogar en el sentido de grupo corresidente y la vivienda en el sentido del lugar físico donde habita ese grupo, estrechamente asociados ambos, constituyen elementos básicos de la integración y de la reproducción social.

Estamos acostumbrados a pensar, no sin razón, que la formación de los hogares viene de la mano del matrimonio y que su desarrollo y desaparición están estrechamente ligados a las realidades demográficas básicas (Reher, D. 1996). Sin embargo, sin que ello deje de ser cierto, la inmigración reciente en España nos aporta nuevas evidencias que hay que añadir a las de siempre. Para los inmigrantes, si disponer de un lugar donde vivir, una vivienda, es una premisa básica para su inserción en el país de llegada, el proceso de constitución o reconstrucción del hogar es una condición y, de hecho, un resultado del proyecto migratorio. Dicho de otra manera, se trata de hogares básicamente formados a partir del hecho migratorio escenificado por las personas y a partir del cual se forman o reconstruyen las unidades familiares.

Se procedió a dos clasificaciones complementarias de los hogares de los inmigrantes. La clasificación más importante y la que se utilizará en este Informe ha sido el establecimiento de una tipología de hogares. En la ENI se recogió información sobre el parentesco entre todas las personas encontradas en los hogares. Partiendo de ahí se construyó una clasificación que desagrega los hogares en 23 grupos familiares basados en el parentesco. En esta parte se va a examinar la estructura familiar de los hogares utilizando seis categorías generales formadas por agregación de las 23 originales. Aquí el tipo de hogar lo determinan las estructuras familiares. De acuerdo con esta tipología, hay hogares unipersonales, hogares donde los residentes no tienen vínculo de parentesco, hogares monoparentales, parejas con hijos, parejas sin hijos y varias parejas con y sin hijos. Es decir, se trata de una categorización de 6 tipos de hogar basado siempre en los lazos de parentesco entre los miembros de los mismos.

Otra clasificación complementaria ha sido por origen de los miembros. De acuerdo con esta tipología, se han identificado los hogares en que todos los miembros venían de uno u otro de los orígenes que se han venido utilizado en este Informe (países desarrollados, países andinos, etc.), más hogares con al menos un español, y por fin hogares con personas de distintas procedencias. Se trata de una clasificación de 7 tipos de hogar.

En este Informe se hará uso ante todo de la primera clasificación, aunque en algún resultado se podrá en relación con la segunda tipología. Los principales resultados de la clasificación por parentesco se encuentran recogidos en la Tabla 2.5 de este Informe.

Tabla 2.5 Tipos de hogar según el origen de sus miembros en la Comunitat Valenciana y España.
  Origen de los miembros del hogar
Tipos de hogar Países Desarrollados Países Andinos Resto América Latina Africanos Resto de Europa Al menos un español Distintas procedencias Total
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
COMUNITAT VALENCIANA
Hogares unipersonales 30,2 15,0 22,4 22,5 11,8   0,0   0,0 11,9
Hogares sin núcleo familiar   3,0   7,8   6,1 32,1 13,7   3,9 22,7   7,3
Hogares monoparentales   3,7 12,1 16,5   7,6   6,5   8,3   8,6   7,6
Pareja con hijos 15,5 42,9 35,1 20,0 36,4 61,5 30,1 41,8
Pareja sin hijos 47,7 13,1 17,3 15,6 15,2 21,9 38,6 26,5
Varias parejas con y sin hijos   0,0   9,3   2,6   2,2 16,4   4,4   0,0   4,9
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
ESPAÑA
Hogares unipersonales 44,8 10,6 27,0 22,3 12,3   0,0   0,0 10,1
Hogares sin núcleo familiar   6,5 10,5   7,7 33,7 13,6   5,0 22,6   8,9
Hogares monoparentales   3,7 16,8 12,1   9,8   5,9 10,1   6,0   9,6
Pareja con hijos 13,1 38,2 34,0 21,7 35,5 60,6 34,5 46,2
Pareja sin hijos 31,2 14,2 14,3   9,6 18,2 19,2 31,3 19,4
Varias parejas con y sin hijos   0,6   9,7   4,9   2,9 14,4   5,2   5,5   5,8
Total 100 100 100 100 100 100 100 100

Cerca del 68% de los hogares encontrados por la ENI con presencia de inmigrantes en la Comunitat Valenciana están constituidos por parejas con o sin hijos8 . La estabilidad que trasmite este tipo de hogar familiar claramente predominante entre los inmigrantes, se ve contrastada por el peso que alcanzan los hogares no estructurados o desestructurados, como es el caso de los unipersonales (12%), o los que no tienen núcleo familiar o que están compuestos por corresidentes sin parentesco (7%).

El panorama se enriquece considerablemente si se analiza la estructura familiar de los hogares de inmigrantes de diversas procedencias. De hecho, hogares integrados por personas exclusivamente procedentes de los países desarrollados son, en buena medida, hogares unipersonales (30%) y parejas sin hijos (48%). En los hogares de inmigrantes de países andinos la panorámica es muy diferente. Los unipersonales representan para ellos tan sólo el 15% de todos los hogares, cifra muy inferior a los hogares de personas de países desarrollados. También hay otras diferencias importantes, como son, por ejemplo, el peso de los hogares de parejas con hijos (43%) y sobre todo los monoparentales (12%). De hecho, estos últimos son mucho más frecuentes entre hogares de familias andinas junto con los de personas del resto de América Latina que con ningún otro colectivo. Otra diferencia notable aborda los hogares sin núcleo familiar, mucho más frecuentes entre aquellos integrados únicamente por africanos (32%) y hogares de personas procedentes del resto de Europa (14%) que ningún otro colectivo.

Este patrón de estructura por hogar habla claramente de los tipos de inmigrantes que están residiendo en Valencia. El elevado peso de los hogares unipersonales entre personas de países desarrollados así como el peso de hogares sin hijos (en ambos casos, los valores máximos recogidos por la ENI) nos habla de una población de jubilados, o una población que está aquí por razones profesionales pero no para crear familias. La enfatización de la familia y de los procesos de procreación es muy evidente entre hogares de países andinos, hogares donde hay al menos un español y también en hogares de personas provenientes del resto de Europa. La elevada cifra de monoparentalidad entre los hogares de andinos y de personas del resto de América Latina nos indica, como ya se ha visto con anterioridad, la fuerte incidencia de las rupturas matrimoniales entre este colectivo así como el fuerte peso de la reproducción más allá de los confines del matrimonio. Otra dimensión a destacar es el peso realmente alto de hogares de varias parejas entre hogares cuyos miembros proceden del resto de Europa, muy superior al de cualquier otro colectivo. Este comportamiento parece señalar la existencia de una estrategia de agrupación en grupos corresidentes grandes sobre todo visible en este colectivo. Por fin, la importancia de los hogares sin núcleo familiar entre africanos y, en menor medida, hogares del resto de Europa nos indica la utilización de la corresidencia como estrategia de adaptación a la sociedad valenciana para inmigrantes que a menudo llevan poco tiempo en España.

Si comparamos esta tipología de hogar en Valencia con la que se da en el resto de España, aparecen ciertas diferencias dignas de mención. En el resto de España el peso de los hogares de parejas sin niños es bastante menor que en Valencia, mientras el de los hogares de parejas con niños es bastante mayor. Por lo demás, abundan más las similitudes que las diferencias.

Es realmente llamativo lo que se observa en la Tabla 2.6 incluida a continuación. El tamaño medio de los hogares sin núcleo familiar en Valencia (3,1) y la elevada proporción de varones (67%) que también tiene este tipo de hogar, refuerza la observación que ya se comentó antes, en el sentido de que por su composición parece que esos hogares pueden estar cumpliendo funciones de apoyo a otros inmigrantes en proceso de inserción en la sociedad española. Este resultado se da casi por igual en Valencia y en el resto de España.

Tabla 2.6 Tipo de hogar según el tamaño medio, la proporción de varones y la edad media del grupo corresidente en la Comunitat Valenciana y España.
  COMUNITAT VALENCIANA ESPAÑA
Tipos de hogar TMH % varones Edad media TMH % varones Edad media
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Hogares unipersonales 1,00 44,8 56,1 1,00 52,7 47,6
Hogares sin núcleo familiar 3,08 66,6 36,1 3,28 63,7 35,6
Hogares monoparentales 3,20 41,7 34,7 3,47 39,6 32,8
Pareja con hijos 4,00 51,3 30,1 4,18 51,6 29,5
Pareja sin hijos 2,20 51,8 50,8 2,33 51,2 45,0
Varias parejas con y sin hijos 5,70 53,2 30,0 5,89 51,4 30,4
Total 3,12 51,1 39,5 3,45 51,5 35,2

En los hogares unipersonales predominan ligeramente las mujeres y sobre todo las personas de más edad9 ; mientras que los hogares monoparentales están constituidos más frecuentemente por mujeres relativamente jóvenes como indican la baja proporción de varones y la edad media de 35 años. Por último, vale la pena destacar la composición de los hogares compuestos por varias parejas con y sin hijos, es decir, los hogares que pueden identificarse como múltiples. En este caso el tamaño medio es elevado (5,7 miembros) puesto que una gran mayoría de estos hogares tienen cinco personas o más, presentan equilibrio entre sexos y la edad media está entre las más bajas del conjunto de hogares. En este caso, nuevamente, hay que subrayar lo que parece convertirse en una regularidad ya destacada desde más arriba sobre el papel de apoyo que parece cumplir estos grupos corresidentes. Cabe destacar, asimismo, el hecho de que los hogares en el resto de España suelen ser algo mayores que los hogares en Valencia en todas las tipologías utilizadas aquí. En varias de estas tipologías (hogares monoparentales, parejas con hijos, etc.) ello puede deberse a una prole algo mayor en el resto de España. No obstante en otros hogares, donde no hay niños, también se observa esta diferencia.


2.2.2 EL HOGAR DE ACUERDO CON LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS INMIGRANTES

En esta parte se analizan los hogares a partir de algunos de los atributos más significativos de los inmigrantes entrevistados. Esta segunda perspectiva de análisis del grupo de corresidencia del entrevistado constituye el contexto en que estos conviven y desarrollan su vida y, por tanto, contribuye a explicar sus comportamientos.

Con independencia del país de nacimiento de los inmigrantes, los extranjeros residentes en España que cumplan con los requisitos que establecen el Código Civil y Ley de Inmigración pueden obtener la nacionalidad española. En la ENI también se recogió la información correspondiente a la nacionalidad que ostentaban los entrevistados, porque constituye una valiosa información para conocer ese aspecto de la situación actual del colectivo de inmigrantes y relacionarlo con otras variables significativas. También recogió la misma información para todos los miembros de los hogares de los inmigrantes. Utilizando esta información se han identificado tres grupos o categorías diferentes respecto a la nacionalidad extranjera o española de los corresidentes, organizado los resultados de acuerdo con el origen de los entrevistados. Así se puede saber los porcentajes del grupo familiar con una nacionalidad distinta de la española, con la nacionalidad española desde el nacimiento y con la nacionalidad española adquirido que conviven con inmigrantes de una determinada procedencia. En la Figura 2.8 se ilustra la estructura que tienen los hogares según estos tres grupos estableciendo las diferencias según el origen o la procedencia de los inmigrantes, siempre en función del país de nacimiento de la persona encuestada.

Figura 2.8. Composición por nacionalidad del grupo corresidente según el origen del entrevistado en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 2.8 Composición por nacionalidad del grupo corresidente según el origen del entrevistado en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Como se aprecia en el conjunto de los hogares, 64% de sus ocupantes no tienen nacionalidad española, 20% la tienen desde el nacimiento y otros 16% por adquisición. Esta estructura general varía sensiblemente cuando se diferencian los hogares de acuerdo con el origen de los inmigrantes entrevistados. Así, la incidencia mayor de no nacionales se da sobre todo en hogares de entrevistados del resto de Europa, de los países andinos y también de africanos, donde entre 66% y 84% tienen una nacionalidad diferente de la española. Lo contrario se da en entrevistados de países desarrollados y del resto de América Latina donde cerca de la mitad de sus corresidentes no tienen la nacionalidad española.

Hay que recordar, de entrada, que las cifras tan elevadas de nacionalidad española desde el nacimiento responden, en parte, a niños que han nacido ya en España. En cualquier caso, estos resultados retratan con mucha claridad varias tipologías de inmigración. Es incontestable que los entrevistados de los países desarrollados y del resto de América Latina tienen fuertes lazos con España, se han casado con españoles y a menudo tienen la nacionalidad española. Los entrevistados de países andinos, del resto de Europa y de África tienen grupos corresidentes donde los vínculos con España son más débiles y más recientes.

La información sobre parentesco que proporciona la Encuesta Nacional de Inmigrantes hace posible identificar grupos familiares a partir del parentesco existente entre los miembros del hogar. Ello ya se hizo antes para la presentación de las tipologías básicas del hogar. Aquí presentamos una tipología alternativa que consiste en la clasificación de los corresidentes por el grado de parentesco que tienen para con la persona entrevistada. Así, para este análisis se han construido tres grupos: el primero incluye a parientes que hemos identificado de “primer grado” incluyendo a cónyuges, hijos, padres y hermanos del entrevistado; el segundo grupo, denominado “parientes de segundo grado” incluye a cuñados, primos y sobrinos y, por último se ha formado un grupo de corresidentes “no parientes”. De este modo, partiendo de las características del entrevistado, se pueden diferenciar los contextos familiares en los que estos forman parte. Los resultados se ilustran en la Figura 2.9 para el conjunto de los entrevistados y también según su procedencia.

Figura 2.9. Composición familiar del grupo corresidente según el origen de los entrevistados en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 2.9 Composición familiar del grupo corresidente según el origen de los entrevistados en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Algo menos del 80% de los corresidentes de los entrevistados son parientes de primer grado. Ello significa que desarrollan su vida en un contexto familiar que, con toda probabilidad han reconstruido en la sociedad de destino, apoyados probablemente en el proceso reunificación familiar aunque esto no pasa esto de ser una conjetura que no se traduce directamente los datos del cuadro. Los parientes de segundo grado y también los no parientes representan conjuntamente un poco más del 22% del grupo corresidente. El patrón es similar a la vigente en el resto de España, con las únicas excepciones de que el peso de parientes de primer grado es algo mayor en la Comunitat Valenciana.

Cuando se examinan estos mismos resultados controlando por las procedencias de los entrevistados se observan diferencias que llaman la atención y proporcionan evidencias interesantes. Hay que destacar que los inmigrantes que proceden de países desarrollados viven en un intenso contexto de parentesco próximo, lo que aporta nuevos elementos a la caracterización particular de este colectivo. En el lado de las demás procedencias, lo que se destaca es la elevada proporción de no parientes, sobre todo entre los procedentes de los países andinos, de países africanos y los del resto de Europa-Mundo (16-18%), resultado no sorprendente si consideramos que se trata de tres colectivos integrados sobre todo por inmigrantes económicos. Por otro lado, la perspectiva del contexto familiar en función del origen de los inmigrantes contribuye a reafirmar esa hipótesis formulada acerca del papel que estarían jugando los grupos corresidentes como redes de apoyo y de acogida primaria de los nuevos inmigrantes.

En la Figura 2.10 se ilustra la relación entre el nivel de estudios de los entrevistados y su contexto familiar tal como se ha definido antes. Es muy simple pero también muy clara la relación y la regularidad que se observan en la figura. Los inmigrantes con mayor nivel de educación forman parte de los contextos hogareños donde predominan los parientes cercanos. Pero lo contrario también es cierto: el bajo nivel de estudios de los entrevistados es más frecuente en los hogares menos estructurados.

Figura 2.10. Composición familiar del grupo corresidente según la educación del entrevistado en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 2.10. Composición familiar del grupo corresidente según la educación del entrevistado en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Si se comparan los datos de la Comunitat Valenciana con los del resto de España, aparecen importantes similitudes, pero también diferencias de consideración. Al igual a Valencia, a mayor nivel educativo de la persona entrevistada, mayor densidad de parientes de primer grado. Lo que es diferente aquí es que en el resto de España, el peso de los parientes próximos es bastante inferior al vigente en Valencia, sobre todo entre personas con niveles educativos bajos. Por ejemplo, entre personas de bajo nivel de educación en Valencia, el 78% de los corresidentes son parientes de primer grado frente al 70% en el resto de España, y el 10% son no parientes frente al 15% en el resto de España. Estas diferencias son algo menos pronunciadas entre personas de alto nivel educativo.

Una rápida conclusión que se deriva de estos datos es el hecho de que las estrategias de adaptación y de inserción propios de inmigrantes económicos, probablemente recién llegados a España, son mucho más frecuentes entre personas con bajo nivel educativo e implican residir a menudo junto con personas ajenas al grupo familiar. Por el contrario, la propensión a inmigrar en familia o de implementar estrategias de reagrupación familiar son más frecuentes entre personas con mayor nivel educativo. No por esperado es menos importante reafirmar esto, pues tiene un elevado significado en relación con las políticas de integración social de los inmigrantes, teniendo a la vista que esta característica está apuntando a una condición más desventajosa para los que integran estas categorías de parentesco. Pero sin dejar de considerar, al mismo tiempo, que se puede estar traduciendo una funcionalidad de las estrategias de estos colectivos de inmigrantes.

El tema de los hijos de los inmigrantes es de indudable interés porque, entre otras cosas, se vincula de diferentes formas con las estrategias migratorias de los distintos colectivos. Se trata, indiscutiblemente, de un tema muy amplio y que debe ser objeto de un estudio más profundo y detallado, sobre todo, a partir de la información que proporciona la Encuesta Nacional de Inmigrantes. Entre las diversas características que la ENI indagó en relación con los hijos de los inmigrantes se recogió detalladamente el lugar donde estos residen al momento de la entrevista. De acuerdo con ello se identifican tanto aquellos hijos que residen en el propio hogar de los padres entrevistados y en otros lugares de España hasta los que residen en el extranjero, en el país de origen o en otro país. En esta oportunidad se hace referencia sólo a esta información sobre los hijos de los inmigrantes, considerando la importancia y trascendencia que ello puede con relación a las estrategias migratorias y al comportamiento futuro de la inmigración hacia España. En la Figura 2.11 se ilustra el lugar de residencia actual de los hijos de los entrevistados según el origen de estos últimos para el caso de la Comunitat Valenciana y el resto de España.

Figura 2.11. Lugar donde residen actualmente los hijos según el origen de los padres entrevistados en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 2.11. Lugar donde residen actualmente los hijos según el origen de los padres entrevistados en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007

Es de esperar que la proporción de hijos que viven en el mismo hogar de sus padres sea la más alta y, en efecto, esta expectativa se cumple para todo el conjunto de los inmigrantes. Sin embargo, lo que llama la atención es que un tercio de los hijos en el conjunto de los inmigrantes reside aún en el país de origen de los entrevistados y, según las distintas procedencias, son los inmigrantes de países andinos junto con los de los países desarrollados los que presentan la mayor proporción. Esto puede deberse a diferentes factores, entre ellos, principalmente a la edad que tienen los hijos y también a la etapa que atraviesa el proyecto migratorio familiar.

Con el fin de esclarecer este particular se controló la información según la edad de los hijos al momento de la entrevista y se encontró, para el total de inmigrantes que residen en Valencia, que el 39% de los hijos que viven en el país de origen tienen menos de 15 años. Esta proporción se eleva al 46% en el colectivo procedente de países andinos, 36% entre personas del continente africano y una cifra similar entre personas del resto de Europa-Mundo. En el otro extremo, tan sólo 12% de los hijos de inmigrantes de países del resto de América que viven en origen tienen menos de 15 años de edad. Es evidente que la incidencia de hijos en origen es bastante elevada entre personas de los países andinos y, contrario a otros colectivos, muchos de estos niños dejados atrás están aún en la infancia. Cabe afirmar, por fin, que el peso de los niños menores de 15 años de edad que han quedado en origen es menor en el resto de España de lo que es en Valencia (39% y 34% respectivamente).

Parece razonable pensar que la mayor parte de los hijos de los inmigrantes, sobre todo los que tienen más de 15 años, pueden estar desarrollando sus propios proyectos de vida en los países de origen de sus padres. Al mismo tiempo que muchos de los menores de esa edad, puesto que el hecho migratorio es aún reciente, pueden estar aguardando por la consolidación del proyecto migratorio y la reconstrucción del hogar familiar en España. Ello tiene implicaciones de cara a la estructuración de la familia de los inmigrantes, los costes que la migración implica para madres de niños de corta edad, y para la eventual presión para desarrollar estrategias de reunificación en determinados colectivos. Se trata de un grupo que en principio puede tener importantes problemas y que puede plantear la necesidad de elaborar políticas específicas. También es importante el hecho de que el citado colectivo es más importante para inmigrantes en la Comunitat Valenciana de lo que es en el resto de España.

1Es importante recalcar que con la denominación de "inmigrantes" se hace alusión a todas las personas que han nacido en el extranjero y vienen hacia España, independientemente de su nacionalidad.

2Hay que recordar que las clasificaciones usadas para los lugares de origen pueden ocultar situaciones claramente matizadas o diferenciadas del resto en el caso de algunos países concretos. No obstante, en aras de la simplificación se ha optado por no entrar en la descripción de particularidades a dicho nivel.

3Cabe afirmar que un matrimonio endogámico se basa en los cinco grupos de inmigrantes por origen utilizados en este informe.

4Dicho efecto de selección actuaría de doble manera, por un lado recabando menor número de casos para los venidos en los primeros años del fenómeno inmigratorio, ya que estos habrían dispuesto de mayor tiempo para marchar a otros lugares o regresar a sus paísesy, también, para fallecer. Por otro, también hay que considerar que la probabilidad de premanencia en España puede ser diferente para los venidos con edades muy tempranas respecto a los que vinieron a edades más elevadas. En este último caso, los primeros podrían tener una mayor presencia en la base de datos, mientras que los más mayores podrían haber sido obviados simplemente por extinción de su cohorte de pertenencia.

5La misma proporción para la población española alcanza el 9,7 por ciento en España.

6Incluyen, por lo tanto, a los hijos que nacieron vivos y después fallecieron.

7Véanse, por ejemplo, las edades medias de llegada y las proporciones de matrimonios mixtos que se comentan en otras partes de este informe.

8Según el Censo de 2001 los hogares formados por parejas con hijos representaban el 39,1% y con parejas sin hijos 17,3%. De conjunto, algo menos del 57% de todos los hogares (INE, 2004).

9En el Censo de 2001 la edad media de los hogares unipersonales para el conjunto de españa era diez años menor (39,81 años):

 
Portada y Nota Preliminar

Indice

1. Introducción

2. Características sociodemográficas y familiares

3. Condiciones de salida y de llegada a España

4. Vivienda y la movilidad residencial

5. Actividad laboral

6. Relaciones con el país de origen y con la sociedad receptora

7. Principales conclusiones

Referencias bibliográficas

Anexo: Lista de figuras y tablas