LA INMIGRACIÓN EN LA COMUNITAT VALENCIANA.

Principales resultados de la Encuesta Nacional de Inmigrantes (2007)

    6. Relaciones con el país de origen y con la sociedad receptora
6.1 Relación con el país de nacimiento
      6.1.1 Papel de las redes sociales en la partida
      6.1.2 Contactos con el país de origen
      6.1.3 Envío de remesas
6.2 Participación social
      6.2.1 Participación en asociaciones
      6.2.2 Planes de futuro

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6. Relaciones con el país de origen y con la sociedad receptora

Una abundante literatura ha subrayado la estrecha asociación entre los fenómenos migratorios y las redes sociales (véase, por ejemplo, Pascual, 2007). Gran parte de los movimientos migratorios se producen precisamente en el contexto de un entramado social con grados diferentes de volumen, densidad e intensidad relacional. Es sabido que los emigrantes suelen emprender sus movimientos migratorios como integrantes de una red de relaciones —la llamada cadena migratoria— de la que obtienen buena parte de los recursos que les son necesarios para afrontar el traslado. Tales recursos incluyen desde la información pertinente sobre dónde, cuándo y cómo emigrar, hasta el capital que costea el desplazamiento y la en ocasiones imprescindible ayuda personal para establecerse en el país de destino. Es sabido también que, una vez que los inmigrantes se han establecido con mayor o menor fortuna en el país de destino, los vínculos con el país de procedencia no desaparecen por completo; antes bien, en no pocos casos los contactos con los familiares, vecinos, y amigos que permanecen en el país del que los inmigrantes partieron perpetúan sus lazos con las comunidades de origen. Por otro lado, a partir del establecimiento en la sociedad de acogida, los vínculos con el país de origen comienzan a combinarse —y, en el límite, a competir— con las nuevas relaciones y actividades de participación social que se van desarrollando en el país de destino.39

El presente capítulo presenta los resultados más significativos de los módulos 7 y 8 de la ENI, dedicados, respectivamente, a las relaciones que los inmigrantes mantienen con sus países de nacimiento y a su participación social en España, centrando nuestro análisis en aquellos residentes en la Comunitat Valenciana.


6.1. Relación con el país de nacimiento

Lo que, específicamente, nos interesa en este apartado es el papel que desempeñan las comunidades de origen de los inmigrantes en España y, en particular, para el caso de los residentes en nuestra comunidad, deducido de la influencia que éstos declaran haber recibido a la hora de tomar la decisión de emigrar, así como las relaciones que mantienen con los miembros de aquellas comunidades en la triple forma de contactos, visitas y envío de remesas de dinero. La información recogida permite no sólo abordar la densidad de la red —en el sentido de la influencia sobre el individuo y la intensidad de las relaciones en el entorno reticular— en función de diversos factores, sino también analizar el proceso por el que se van constituyendo nuevas redes, a medida que se desarrollan los procesos de integración en la nueva sociedad de destino y, eventualmente, se va desactivando la vinculación con la comunidad de origen.


6.1.1. Papel de las redes sociales en la partida

Un primer aspecto que debemos tratar es el de la influencia de familiares, amigos o vecinos y conocidos en la decisión de venir a España de los inmigrantes residentes en la Comunitat. Como hemos señalado, la decisión de venir no suele tomarse en condiciones de vacío social, sino que a menudo se localiza en el contexto de la influencia ejercida por el entorno del individuo que se dispone a migrar. Estudios recientes han mostrado, por ejemplo, el papel decisivo que el capital social desempeña en los movimientos migratorios exitosos (Massey y Phillips, 1999), sobre todo en los primeros viajes (Massey, Durand y Riosmena, 2006). De hecho, los datos de la ENI muestran que cerca de uno de cada dos inmigrantes en la Comunitat Valenciana (51%) dice haber tomado su decisión de moverse hacia España bajo la influencia de algún conocido del país de nacimiento que previamente había emigrado a nuestro país.

Figura 6.1. Influencia de algún conocido de su país de nacimiento que ya había emigrado para venir a España por origen en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 6.1. Influencia de algún conocido de su país de nacimiento que ya había emigrado para venir a España por origen en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

La influencia de los conocidos presenta interesantes variaciones entre unas y otras zonas de origen. Como se puede apreciar en la Figura 6.1, dicha influencia en la decisión de emigrar de los inmigrantes procedentes de los países andinos y los del resto de Europa es mucho mayor que en cualquier otro colectivo (cerca de dos tercios dicen haberse visto influidos). A continuación se encuentran personas procedentes del resto de América Latina y de África (de los que cerca de algo menos de la mitad declaran haber tenido algún tipo de influencia). Señaladamente, son los inmigrantes llegados de los países desarrollados —con un perfil migratorio bien definido y asociado en muy buena medida al retiro laboral— aquéllos que dicen haber experimentado en menor grado la influencia de los conocidos a la hora de decidirse a emigrar (en torno a uno de cada cuatro). Al comparar estos datos con los del resto de España, es interesante constatar que el peso de estas influencias es algo menor entre inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana. Todo parece indicar, por tanto, que la influencia de los emigrantes con experiencia migratoria propia en España ha venido operando, sobre todo, entre los colectivos de inmigrantes económicos.40

Asimismo, podemos establecer sin sombra de duda que son los familiares quienes más peso tienen en estas redes de influencia que contribuyen a perfilar la decisión migratoria. Para el conjunto de los inmigrantes en la Comunitat Valenciana, siete de cada diez influencias declaradas corresponden precisamente a familiares, que demuestran tener una importancia mucho mayor que la de vecinos o amigos y la de otras personas en la toma de la decisión de emigrar. Además, esta preponderancia de los familiares se da en todas las procedencias, pero es especialmente importante (en el caso de Valencia) con respecto a las personas del entorno andino (79%), seguido de cerca (entre 69% y 73%) por los otros colectivos con la excepción de los procedentes de países desarrollados donde es algo menos importante (65%).

Los datos (Figura 6.1) son muy claros en el sentido de que, frente a la de los familiares, la influencia de amigos y vecinos (por no hablar de la de otras personas con las que se mantiene algún tipo de relación presuntamente menos estrecha) es mucho menor que la de los familiares, cualquiera que sea la procedencia de los inmigrantes. El caso de las relaciones familiares nos muestra, en suma, que en materia de decisiones migratorias la capacidad de influencia de las relaciones parece depender ante todo de la fuerza de las mismas: las relaciones más intensas, estrechas y cercanas, precisamente aquellas que se dan en la zona de mayor densidad reticular, son también las que adquieren más peso e influencia en la toma de las decisiones migratorias.

En cualquier caso, la menor dependencia de contactos previos para venir a España entre personas del mundo desarrollado denota una corriente migratoria mucho más basada en decisiones tomadas autónomamente que en lazos de grupo o de familia. Aquí la diferencia que les separa del resto de los colectivos es enorme. Para los otros grupos, y sobre todo para las personas de los países andinos, la influencia desde España y sobre todo la influencia de algún miembro del grupo familiar, ha sido clave en la decisión de emigrar. Constituye una prueba clara de la existencia de redes migratorias previas establecidas en destino.

Cabe también resaltar cómo la influencia de los conocidos en la decisión de emigrar hacia España varía notablemente con tres factores básicos: el nivel educativo, el momento de la llegada y la edad de los inmigrantes (Figura 6.2). Y esas variaciones se producen en un sentido muy claro. Pues, aun sin descartar las posibles interacciones entre esos tres factores, se puede afirmar que la influencia de los conocidos en las decisiones migratorias mantiene una relación inversa con el nivel educativo (es decir, a mayor nivel educativo, menor influencia de los conocidos), con el tiempo de permanencia en España (esto es, cuanto antes llegaron a España, menor influencia de los conocidos) y también con la edad (a saber, cuanta más edad tienen los inmigrantes, menor influencia de los conocidos). Es decir, son las corrientes migratorias más recientes y más intensas aquéllas en las que más pesa la influencia de las personas ya instaladas en España. Esto es importante en la medida en que, junto a otros datos de la Encuesta, pone de manifiesto que la naturaleza de los flujos migratorios más recientes es, en realidad, completamente diferente a la de los más antiguos.

Figura 6.2. Influencia de algún conocido de su país de nacimiento que ya había emigrado para venir a España por educación, año de llegada y edad en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 6.2. Influencia de algún conocido de su país de nacimiento que ya había emigrado para venir a España por educación, año de llegada y edad en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota1: Los totales de Comunidad Autónoma y del resto de España están tomados a partir de aquellos que tuvieron alguna influencia (ya sea por edad, educación o año de llegada) con respecto al total de individuos (los que tuvieron influencia más los que no).
Nota2: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

Sin embargo, tanto en el caso del año de llegada como en el de la edad, hay que hacer una importante matización metodológica sobre el sentido de estas variaciones. Como es lógico, no todos los inmigrantes que han llegado a España en los últimos años siguen permaneciendo en nuestro país y, en esa medida, no pueden formar parte de la muestra de la ENI. Por lo tanto, al considerar la variable del año de llegada a España y de la edad hay que tener en cuenta los posibles efectos de selección de la muestra. El posible efecto de selección aumenta con el tiempo transcurrido desde la llegada y, en parte, con el mero paso de la edad: cuanto más tiempo ha transcurrido desde la llegada del inmigrante, mayores son las probabilidades de que éste haya salido de España y, en consecuencia, de que haya también desaparecido de la muestra.41 Se trata de un problema que ya ha aparecido en este Informe en capítulos anteriores. Creemos que ese efecto debe matizar, aunque no anular completamente, las relaciones que se ponen de manifiesto entre los diferentes factores que pesan sobre la influencia de los conocidos.   

Con todas las cautelas que se derivan de las observaciones anteriores, podemos considerar que la creciente influencia de los conocidos en la decisión de emigrar ha debido tener su peso en la intensidad de los movimientos más recientes. Téngase en cuenta que los flujos de inmigración hacia España han venido creciendo a una tasa cada vez mayor desde 1985, con una patente aceleración a partir del año 2000; nótese, asimismo, el crecimiento en el tiempo de las cantidades de inmigrantes que se dicen influidos en su decisión de emigrar por sus conocidos con experiencia migratoria previa en España. Podemos suponer que se da algún grado de asociación entre ambas magnitudes y que esa asociación responde a la combinación de dos fenómenos. En primer lugar, el crecimiento del volumen de los efectivos implicados en la transferencia de información e influencia desde el destino al origen. Efectivamente, aun suponiendo un mismo nivel de influencia entre los inmigrantes situados en los países de origen y destino, a medida que la practican contingentes cada vez mayores de personas, su efecto se difunde por la simple participación de efectivos cada vez mayores. En segundo lugar, lo que nuestros datos permiten afirmar es que el nivel de influencia también ha aumentado sensiblemente entre los inmigrantes que han ido llegando más recientemente (Figura 6.2). Ello multiplica el primer efecto, el de los contingentes, que resulta a su vez amplificado si —y hasta el momento en que— las condiciones del país de destino son propicias al establecimiento de un volumen creciente de nuevos inmigrantes. Este parece haber sido el caso de la sociedad española en estos últimos años, en los que no sólo ha ido creciendo la intensidad de los flujos migratorios, sino la transferencia de la influencia en la decisión de migrar desde el país de destino a los de salida: eso se produce como un efecto del saldo vital positivo entre los países de origen y destino (Garrido, 2005, 137), es decir, del diferencial de las condiciones materiales de vida entre origen y destino. Como sabemos, las corrientes migratorias de muchos de los colectivos que han arribado a nuestro país más recientemente constituyen en buena medida una inmigración económica, algo que no ocurría en los años ochenta e incluso en parte de los noventa.

Al hilo de esta explicación, cabe recalcar que el peso de las influencias de conocidos en España en la decisión de inmigrar parece ser algo mayor en el conjunto de España que en la Comunitat Valenciana. Sin quitar validez a la explicación general ya avanzada, cabe mencionar el superior peso de la inmigración proveniente de los países desarrollados en el conjunto de los inmigrantes en Valencia que en otras partes de España. Esta realidad, no obstante, no explica todas diferencias observadas, por lo que hay que concluir que el peso de las redes migratorias funciona de manera algo más eficaz en el resto de España que en Valencia.


6.1.2. Contactos con el país de origen

Otro aspecto interesante de la vida de las comunidades migratorias son las relaciones que mantienen entre sí los miembros de las mismas que se encuentran separados en los países de origen y destino. En particular, de lo que nos ocuparemos en este epígrafe es de las relaciones que los inmigrantes mantienen con sus comunidades de origen en la modalidad de contactos y visitas; en el siguiente, abordaremos el envío de remesas desde el destino al origen.

El punto de partida de nuestro análisis de estos contactos es la simple pero muy verosímil hipótesis de que la probabilidad de que las relaciones entre los inmigrantes y sus afines en los países de origen perduren es inversamente proporcional al coste de mantener dichas relaciones. A nuestros efectos, entenderemos los costes en un sentido amplio, que incluye desde los aspectos dinerarios más obvios hasta el consumo de tiempo y los gastos puramente emocionales implicados en las relaciones. En este sentido amplio, y habida cuenta de los costes asociados a las distintas modalidades de relación que estamos considerando, dicha hipótesis implica: a) que los contactos (telefónicos, por carta o por correo electrónico) serán más frecuentes que las visitas físicas; y b) que éstas, a su vez, las harán más inmigrantes que los que envían remesas.

Al mismo tiempo, —y en parte como una consecuencia de lo anterior— se puede dar por cierto que el mantenimiento de las relaciones de este tipo será una función inversa tanto de la cantidad de tiempo transcurrido desde la separación física de los emigrados como de la distancia espacial que media entre los polos de la relación. Como es obvio, la distancia temporal y espacial multiplica las dificultades para mantener los contactos, rebaja la intensidad de la dependencia entre las partes y hace disminuir los elementos compartidos que definen la propia relación y le dan sentido. No es extraño, por todo ello, que sean relaciones de tipo eminentemente adscriptivo —es decir, no voluntarias— como las que existen entre familiares y parientes las que habitualmente más soporten la erosión del tiempo y la distancia.

Figura 6.3. Contacto con familiares y amigos en su país de nacimiento por año de llegada y edad en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 6.3. Contacto con familiares y amigos en su país de nacimiento por año de llegada y edad en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

En concordancia con todo lo dicho hasta aquí, nueve de cada diez inmigrantes mantienen contacto con sus familiares y amigos que no han migrado, dos de cada tres han regresado al menos una vez a su país de origen y un tercio envían dinero fuera de España. Es de destacar, por tanto, el alto grado de contactos con familiares o amigos en el país de origen que mantienen los inmigrantes en la Comunitat Valenciana. Un 90% de los inmigrantes mantiene este tipo de contactos, algo perfectamente esperable, por otra parte, a tenor de la propia novedad del fenómeno migratorio en nuestro país. Dicho en otros términos, a unos colectivos con poca antigüedad en la sociedad de acogida les corresponde un alto nivel de contactos con sus países de origen. Y, como se puede apreciar en la Figura 6.3, cuanta mayor la edad de los inmigrantes y cuanto mayor el tiempo transcurrido desde la llegada a España, menor el número de los que mantienen contactos con los familiares y amigos que se quedaron en el país de origen y, por ende, menor la intensidad de esas relaciones.42 Adviértase, por ejemplo, que mientras más del 96% de los inmigrantes llegados a España después de 2002 y residentes en la Comunitat Valenciana mantiene estos contactos, sólo lo hacen dos tercios de los llegados antes de 1992; y que parecida diferencia se da entre los inmigrantes de más edad de nuestra muestra y los más jóvenes. También cabe señalar el mayor nivel de contacto con familiares existente entre inmigrantes en el resto de España es similar al apuntado para los residentes en la Comunitat Valenciana.

No menor es la concordancia con nuestra hipótesis del hecho de que el teléfono sea el medio con el cual se establece más contacto con el país de origen (Tabla 6.1). Como se puede apreciar, el teléfono lo usa la práctica totalidad de los inmigrantes y, en todo caso, se recurre a él tres veces más que a los medios que Internet provee y cinco veces más que al correo postal. Ahora bien, es de reseñar que mientras el uso del teléfono está generalizado a todas las edades, el uso de correo electrónico y chat está muy asociado a la edad, en el sentido de que los jóvenes lo utilizan mucho más que los adultos y viejos (lo opuesto sucede con las cartas, cuyo uso está relacionado positivamente con la edad). Otra cosa distinta es la frecuencia con que se utilizan estos medios de contacto: así, por ejemplo, se hace un uso diario de Internet como canal de comunicación entre destino y origen que casi triplica el del teléfono y que llega a multiplicar por más de veinte veces el del correo postal. El precio de unos y otros canales, así como la velocidad de comunicación que permiten, parecen ser aquí los argumentos decisivos que explican las diferencias de uso y frecuencia.

Tabla 6.1. Uso de los distintos medios de contacto y su frecuencia en la Comunitat Valenciana y España.
  Teléfono     Carta   Email/Chat
  Comunitat Valenciana España   Comunitat Valenciana España   Comunitat Valenciana España
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Lo usan ... (Porcentaje de entrevistados) 97,6 97,0   19,3 12,5   39,1 37,1
   Diariamente  9,5 10,6    0,6  1,7   24,9 30,1
   Semanalmente 60,3 54,7   18,1 11,9   48,5 45,8
   Quincenalmente 11,9 15,6    6,8  5,2    9,0  9,6
   Mensualmente 13,8 15,1   32,3 39,6   14,5 11,3
   Anualmente  3,4  3,3   34,8 32,8    2,4  2,4
   Menos de una vez al año  1,0  0,6    7,4  9,0    0,8  0,7
Total 100 100   100 100   100 100

Aunque no son homogéneamente comparables a las otras modalidades de contacto que acabamos de revisar, por sus costes sustancialmente mayores, las visitas al país de origen son sin duda también un valioso indicador de las relaciones que se mantienen con la comunidad de la que se partió. A este respecto, se puede decir que el conjunto de los inmigrantes en la Comunitat Valenciana ha vuelto un promedio de unas 4 veces a sus países de origen desde que se instaló en España. Dos consideraciones, que redundan en lo ya dicho sobre los costes de mantenimiento de las relaciones, vienen aquí a cuento: la frecuencia de las visitas depende positivamente de los recursos económicos de los inmigrantes y del tiempo que han estado expuestos a la posibilidad de hacerlas.

Por eso (Figura 6.4) los inmigrantes procedentes de los países desarrollados, a los que podemos imputar un nivel económico muy superior al del resto y a quienes se puede también atribuir una distancia menor a los puntos de partida, son los que en mayor medida visitan sus países de origen (en torno a las 8 visitas declaradas en promedio). Por eso también los africanos hacen más visitas que los europeos de países no desarrollados, y éstos a su vez viajan a sus lugares de origen más que los latinoamericanos (entre éstos, son los emigrantes procedentes de países andinos los que menos visitan declaran). Queda claro entonces que la frecuencia de la visita es una función directa de los costes materiales de hacerla, que a su vez están directamente relacionados con la distancia física e inversamente con los recursos económicos que cabe imputarles a los distintos colectivos.

Figura 6.4. Número medio de visitas al país de nacimiento por año de llegada, edad y origen en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Figura 6.4. Número medio de visitas al país de nacimiento por año de llegada, edad y origen en la Comunitat Valenciana y en comparación con España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

En cuanto al tiempo de exposición,43 los inmigrantes en la Comunitat Valenciana que más tiempo han pasado en nuestro país declaran mayor número de visitas a sus países de origen que los que han llegado más recientemente (en razón, por ejemplo, de 8,2 visitas a 1,7 entre los que llegaron antes de 1992 y los que han llegado después de 2002). Como era de esperar, la relación entre tiempo de permanencia y número de visitas es clara e inequívoca. Como también lo es la relación entre el número de visitas y la edad: el número de visitas aumenta de forma continua desde los 16 hasta los 74 años para disminuir sólo en los tramos superiores a los 75 años (para estos colectivos de más edad vuelve a ser pertinente pensar en posibles efectos de selección de la muestra y sesgos memorísticos). Con todo, no está de más recordar de nuevo que los flujos migratorios de comienzos del nuevo siglo (2002-2007) son, como hemos venido repitiendo a lo largo de este Informe, de un tipo claramente diferente al de los movimientos anteriores. Dentro de este marco, cabe señalar que los inmigrantes residentes en el resto de España parecen mantener una frecuencia de visitas menor que los que residen en la Comunitat Valenciana.

Por último, conviene anotar que es precisamente el mantenimiento de las relaciones con los familiares y amigos —junto con las vacaciones— la principal motivación de las visitas que hacen los inmigrantes (Tabla 6.2). Ambas motivaciones dan cuenta de más del 80% de la última visita realizada (los porcentajes de la figura suman más de cien porque al entrevistado se le permitió citar más de una motivación para explicar su última visita). Frente a esas importantes motivaciones, el peso de los asuntos económicos, del arreglo de papeles, de las estancias periódicas o de los motivos laborales es muy reducido.

Tabla 6.2. Motivo de la última visita al país de origen en la Comunitat Valenciana y España.
Motivos de la última visita Comunitat Valenciana España
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Otros 12,1 10,1
Motivos laborales  1,3  2,3
Estancia periódica  2,5  2,6
Arreglar papeles  5,7  6,8
Asunto económico  4,9  4,5
Visita familiares y amigos 81,3 79,7
Vacaciones 57,9 63,7

6.1.3. Envío de remesas

Sería difícil exagerar el fundamental papel económico que desempeñan las remesas que los inmigrantes envían a sus países de origen, en un mundo caracterizado por unos flujos migratorios cada vez más intensos. Las remesas  —el dinero que de forma más o menos periódica se transfiere desde los inmigrantes a sus familiares que no han migrado— constituyen, ante todo, una importantísima palanca de ayuda económica que permite elevar el nivel de vida de quienes las reciben. Los organismos internacionales han señalado en este sentido que su importancia ha crecido hoy día hasta tal punto que han llegado a convertirse en la segunda mayor fuente de financiación de las economías en vías de desarrollo, por detrás de la Inversión Exterior Directa (IED), pero muy por delante de la ayuda al desarrollo que reciben. Por otra parte, su carácter estable y contracíclico les otorga una especial relevancia como fuente de financiación para el desarrollo económico y la reducción de la pobreza en los países receptores. Bajo este punto de vista, las remesas suponen un mecanismo esencial de redistribución de la renta y la riqueza globales que, al parecer, supera las posibilidades de los programas de cooperación al desarrollo que han creado las sociedades ricas.

Según los datos del Banco de España, las remesas que los inmigrantes envían desde España a sus países de origen no han dejado de aumentar en estos últimos años, a medida que iba creciendo la intensidad de los flujos de entrada. Algunos datos permiten calibrar la magnitud del fenómeno: en el periodo que media entre el año 2000 y 2006 las remesas enviadas desde España crecieron a un ritmo medio del 30% anual, multiplicándose el flujo anual de salida de remesas por casi cinco veces; el año de 2006 se cerró con 6.806,7 millones de euros remitidos por los inmigrantes desde España, lo que supuso un incremento del 38% sobre al año anterior; las remesas de inmigrantes desde España hacia el extranjero de enero a noviembre de 2007 sumaron nada menos que 7.437 millones de euros, casi un 22% más que los 6.100 millones enviados en el mismo periodo de 2006; desde el año 2004 las remesas pagadas desde España superan los envíos de dinero procedentes de los ciudadanos españoles que residen en el extranjero (sobre todo en Europa y Estados Unidos). En consecuencia, —y tal y como se señala en los propios informes del Banco de España— nuestro país se ha situado entre los principales emisores de remesas de todo el mundo y, particularmente, de la UE.

Se trata de una vía de inversión en el país de origen que por su misma naturaleza tiende a escaparse del control de los políticos en origen. Este hecho tiene dos importantes implicaciones: 1) Es una inversión que por definición no puede ir dirigida a ningún sector de actividad económica o región previamente designada por las políticas locales y nacionales. 2) Se escapa por su misma naturaleza a cualquier control político y por tanto de posibilidad de corrupción oficial. Por esas razones, las remesas suelen reunir menos interés para los gobiernos locales y los partidos políticos que el dinero que llega a sus países por vía oficial. No cabe, sin embargo, menoscabar su capacidad para estimular el desarrollo y el consumo para aquellos sectores de la sociedad que las reciben.

Es conocido también que, más allá del valor puramente económico de las remesas, éstas tienen un impacto destacado en la estructura social de las comunidades de origen, influyendo en aspectos tan importantes como la jerarquía de estatus, las relaciones de género, las pautas matrimoniales o los hábitos de consumo (Parella y Cavalcanti, 2006). Junto a su indudable importancia económica, las remesas son la expresión de un vínculo social particularmente comprometido entre el migrante y su comunidad de origen. Desde esta perspectiva, constituyen uno de los resultados más interesantes, y de los productos más importantes, del funcionamiento de las redes migratorias: un recurso que en su origen es sólo capital social (en la inmensa mayoría de los casos se trata de capital social de tipo específicamente familiar44) se activa para transformarse en dinero y transferirse desde el país de destino al de origen. Pero precisamente debido al alto grado de compromiso que implican, así como a los costes económicos de sufragarlas, son la modalidad de relación más exigente de entre las que estamos considerando aquí y, por lo tanto, la que practican una cantidad relativamente menor de inmigrantes: concretamente, un 34% de los integrantes de la muestra de la ENI residentes en la Comunitat Valenciana (frente a un 66% que han hecho al menos una visita y al 90% que mantienen contactos regulares con sus familiares y amigos). 

La esperable distribución del envío de remesas para los residentes en la Comunitat Valenciana (Figura 6.5) indica que la remisión es tanto más probable cuanto menos tiempo ha pasado desde la llegada del inmigrante. Transcurridos diez años desde la llegada, cuando previsiblemente se ha alcanzado ya un cierto grado de integración y estabilidad en la sociedad de acogida, comienza a disminuir progresivamente la proporción de inmigrantes que envía dinero, ya sea porque la fuerza del compromiso con los familiares sitos en el país de origen ha disminuido, porque los destinatarios se han trasladado a España en un proceso de reunificación familiar o porque los remitentes que enviaban el dinero han regresado al país de origen (y no han podido formar parte de la muestra).  

Figura 6.5. Envío de remesas al país de origen según año de llegada, sexo y origen en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 6.5. Envío de remesas al país de origen según año de llegada, sexo y origen en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

Por otra parte, señalaremos también que los hombres envían dinero en una proporción bastante mayor que las mujeres y que, en cuanto a las zonas de origen, los inmigrantes procedentes de los países andinos son los que en mayor número (65%) transfieren dinero y los procedentes de los países desarrollados los menos propensos (3%) a enviar remesas, como es de esperar dado su ya conocido perfil migratorio. Tras los inmigrantes andinos, son los procedentes de la Europa no desarrollada (50%) los que más se inclinan a mandar remesas, seguidos de los africanos (47%) y del resto de los latinoamericanos (27%). Estas cifras no son muy diferentes a las que se dan para el resto de España, salvo por el hecho de que la propensión a enviar remesas es algo mayor.


6.2. Participación social

Como ya hemos dicho, a medida que los inmigrantes se instalan en las sociedades de acogida, sobre todo si han planeado prolongar durante algún tiempo su permanencia en ellas, comienzan a anudar una serie de nuevos vínculos sociales que concurren —y, eventualmente, entran en competencia— con los que mantienen con sus comunidades de origen. En ocasiones, el establecimiento de estas nuevas relaciones se convierte en uno de los factores que dan forma a importantes decisiones sobre el propio futuro migratorio (permanencia, retorno, reagrupamiento familiar, etc.). En este sentido, es más que probable que lo que marque lo esencial del camino en la toma de esas transcendentales decisiones sea el establecimiento de los vínculos más fuertes, es decir, los vínculos primarios y, entre ellos, los familiares, en primer lugar. Pero cabe esperar asimismo que el establecimiento de vínculos menos fuertes en el país al que han llegado y la participación en las llamadas redes secundarias que hay disponibles en él sea también un buen predictor de la integración del inmigrante en la sociedad de destino.

Así las cosas, la participación social de los inmigrantes en asociaciones voluntarias de diferente tipo —y, muy particularmente, en aquéllas orientadas no específicamente a extranjeros— podría servir como un indicador de integración en la sociedad española. La ENI ha incluido en el último módulo de su cuestionario preguntas que proporcionan información sobre la participación del inmigrante en este tipo de asociaciones de encuadramiento no obligatorio. Sin embargo, es necesario advertir a este respecto que la propensión a participar en asociaciones voluntarias varía mucho de unas sociedades a otras y que son aquellos países que han alcanzado un mayor grado de desarrollo económico y tienen una sociedad civil más articulada y una cultura cívica más avanzada los que presentan una tendencia más pronunciada a tener asociaciones voluntarias más vigorosas; por el contrario, los países más tradicionales en términos socioeconómicos o culturales presentan un tejido de organizaciones voluntarias mucho menos denso.45

En el caso de los inmigrantes que viven en España y particularmente en la Comunitat Valenciana se combinan dos circunstancias que deben tenerse en cuenta a la hora de analizar el grado de asociacionismo declarado: en primer lugar, una mayoría de los mismos procede de sociedades que, debido a su bajo grado de desarrollo socioeconómico, carecen de un sólido entramado de asociaciones voluntarias; en segundo lugar, nuestros inmigrantes han llegado a un país —España— con unos hábitos muy poco consolidados de asociacionismo voluntario (Prieto-Lacaci, 1993; Requena, 1994; Requena, 2001). Al final del capítulo, dedicaremos un segundo epígrafe a examinar otro aspecto relacionado con el grado de inserción de los inmigrantes en la sociedad española: los planes de futuro declarados por los inmigrantes en la Comunitat para los cinco años próximos.


6.2.1. Participación en asociaciones

Habida cuenta de lo que se acaba de señalar, no es de extrañar que el nivel de participación general de los inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana y en el resto de comunidades de España en este tipo de asociaciones sea extremadamente bajo, como —repitámoslo— viene a suceder también entre los propios españoles. Por lo que se refiere a los grupos o asociaciones específicamente orientados a extranjeros, no más de un 4% de los inmigrantes participan y la participación media se mueve en torno al 2%. En todo caso, parece que en la Comunitat Valenciana se participa más en grupos educativos y culturales, en grupos religiosos y en clubes deportivos, aunque las diferencias entre unos y otros tipos de asociaciones son tan pequeñas que permiten pocas conclusiones. Un resultado llamativo que se desprende de los datos presentados es que el nivel de participación de hombres es mayor que el de mujeres en clubes deportivos y en entidades religiosas, pero menor en los otros tipos de organización. Por otra parte, en general el nivel de participación en estas organizaciones de los inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana es sensiblemente mayor que en el resto de España.

Figura 6.6. Participación en organizaciones orientadas a extranjeros por sexo en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 6.6. Participación en organizaciones orientadas a extranjeros por sexo en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

Por otra parte, aunque sigue siendo muy reducido en términos generales, el nivel de participación general en grupos o asociaciones orientados no específicamente a extranjeros es mayor que en los orientados específicamente a extranjeros. La tasa de participación en estas asociaciones se mueve en torno al 4% (Figura 6.7). Una posible explicación de esta mayor tasa de participación es, simplemente, que hay más asociaciones de este tipo para participar en ellas. De nuevo destaca el superior grado de participación de hombres, así como un interés especial de hombres por participar en asociaciones y clubes deportivos y en grupos educativos, frente a la preferencia entre mujeres por la participación en ONG. Estos comportamientos son bastante similares a los que se observan con respecto de los inmigrantes residentes en el resto de España.

 

Figura 6.7. Participación en organizaciones no orientadas a extranjeros por sexo en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 6.7. Participación en organizaciones no orientadas a extranjeros por sexo en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

También parece existir una clara relación entre el tiempo de estancia en España y la participación en estas organizaciones. Para aquellas personas que ya llevan tiempo aquí, el nivel de participación es mayor, frente a las que llevan menos tiempo donde la participación es menor. Esta última relación positiva entre tiempo de permanencia en España y grado de participación en asociaciones sí resulta congruente con la interpretación más probable de este indicador, en el sentido de que la duración de la estancia apunta a un mayor grado de integración, y la integración facilita (y se ve facilitada por) la participación en estos grupos y redes secundarios que ofrecen las asociaciones voluntarias. No obstante, nótese otra vez el posible efecto de selección en la muestra: los inmigrantes menos integrados son, presumiblemente, los que han abandonado en mayor medida nuestro país y por lo tanto no pueden ser objeto de la encuesta.

Figura 6.8. Participación en organizaciones no orientadas a extranjeros por año de llegada en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 6.8. Participación en organizaciones no orientadas a extranjeros por año de llegada en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

Considerando la zona de origen (Tabla 6.3) se advierte una mayor participación asociativa entre los inmigrantes de los países desarrollados, seguidos de los procedentes de los países latinoamericanos no andinos (promedio de participación de 6,3% y 5,9% respectivamente). En cambio, participan menos en asociaciones no específicamente orientadas a extranjeros los andinos, personas oriundas de África y personas procedentes de la Europa menos desarrollada. Estos datos relativos a la mayor participación asociativa de los inmigrantes procedentes de los países desarrollados apenas sorprenden en la medida en que están en estricta correspondencia con las más sólidas tradiciones de asociacionismo voluntario de los países de los que aquéllos provienen. Este patrón cultural general se halla reforzado por el hecho de que son precisamente estos grupos de inmigrantes los que más tiempo llevan en nuestro país.

Por fin, cabe señalar que no se aprecian grandes diferencias entre los inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana y en el resto de España. También corresponde subrayar la clara preferencia entre inmigrantes por grupos educativos y culturales y asociaciones deportivas frente a un menor interés en las ONGs. De nuevo, este resultado es similar en España, si bien la afición a las asociaciones deportivas es muy superior entre los residentes en la Comunitat Valenciana, la afición a los ONGs es mayor en el resto de España.

Tabla 6.3. Participación en organizaciones no orientadas a extranjeros por origen en la Comunitat Valenciana y España.
  ONG     Grupos educativos y culturales   Asociaciones y clubes deportivos
  Comunitat Valenciana España   Comunitat Valenciana España   Comunitat Valenciana España
 
Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007
Total 2,5 3,3   3,6 3,5   6,0 4,9
Resto Europa-Mundo 0,8 1,4   0,9 1,4   3,5 2,3
África 2,8 2,7   1,4 2,3   1,7 3,7
Resto América Latina 4,6 5,6   4,5 5,3   8,6 6,5
Países Andinos 3,7 2,6   1,1 2,4   4,1 3,7
Países Desarrollados 2,2 4,3   7,2 6,0   9,5 8,5

6.2.2. Planes de futuro

En general, la intención de quedarse en España durante los próximos cinco años de los inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana es muy predominante: los inmigrantes que tienen planeado permanecer en nuestro país representan el 81%. Algo más de uno de cada diez (11%) no tiene planes claramente determinados sobre su futuro, un 7% piensa volver a su país de origen y una proporción estadísticamente despreciable (1%) piensa marchar a un tercer país. Este último dato es coherente con lo que ya sabemos de las trayectorias migratorias de los inmigrantes que han llegado a nuestro país y su reducida experiencia en lo que se refiere al número de países en los que han residido (véase el capítulo 3).

Pero, de nuevo, hay que ser cauteloso a la hora de analizar esas intenciones de permanecer en el país de una amplia mayoría de los inmigrantes que ahora viven en la Comunitat Valenciana. En particular, la cautela se impone cuando se trata de interpretar dichas intenciones como un indicador de integración. En primer lugar, una parte de esas intenciones declaradas podrían ser meras contra-preferencias adaptativas, un conocido mecanismo de reducción de la disonancia cognitiva que podría generarse ante la imposibilidad fáctica de hacer algo distinto a lo que de hecho se hace.

Figura 6.9. Planes de permanecer en España por año de llegada y origen en la Comunitat Valenciana y España.

Figura 6.9. Planes de permanecer en España por año de llegada y origen en la Comunitat Valenciana y España.

Nota: España contiene la información del total de España menos la Comunitat Valenciana
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes – 2007

En segundo lugar, otra parte de esa relación se debe explicar, una vez más, por un efecto de selección que elimina de la muestra a los menos integrados: es de suponer que muchos de los inmigrantes que tenían intención de marcharse, se habrán ido ya de nuestro país. Es decir, la propia decisión de los inmigrantes de permanecer en España, frente a los que han retornado a sus orígenes o se han marchado a terceros países, está ya efectuando una selección necesariamente favorable a la mayor presencia de los más integrados respecto al conjunto de los inmigrantes que lo han sido en algún momento del tiempo.46 Por esa razón, a mayor tiempo de permanencia en España, más intención de permanecer en los próximos cinco años. Asimismo, son los originarios de países desarrollados y los africanos —aquéllos inmigrantes con más tiempo de permanencia en España— los que más intenciones muestran de quedarse (Figura 6.9).

En cuanto al sexo, no hay prácticamente cosas destacables entre hombres y mujeres. Sin embargo, sí que hay diferencias relevantes en lo que a planes de futuro se refiere derivadas de la diferente situación familiar del inmigrante. Concretamente, la convivencia con los familiares, en particular con la pareja y los hijos, aumenta la probabilidad de declarar que se tiene la intención de permanecer en España. Desde este punto de vista, cabe concluir que son precisamente las condiciones de la vinculación con las relaciones primarias (léase familiares) las que más peso adquieren en las decisiones migratorias de los inmigrantes establecidos en la Comunitat.

 

39Para una perspectiva histórica de esta realidad, véanse los trabajos de Reher (2004) y Moya (1998).

40Cabe matizar estos resultados ya que, por tratarse de una pregunta de respuesta múltiple, los datos de la figura recogen la suma de los tres tipos de contacto (familiar, amigos, otra persona). Debido a ello, no representan sensu strictu el peso de las influencias tomadas en su conjunto, sino la suma de las mismas. Para resolver esta cuestión también se ha estimado el porcentaje de personas que han contestado que sí a cualquiera de las tres opciones. Ello nos permite estimar el conjunto de influencias de personas en España en la decisión de migrar. Los datos indican que un poco menos de cinco de cada diez inmigrantes (49%) citan este tipo de influencia en la Comunitat Valenciana, frente al 53% en el resto de España. De nuevo, el peso mayor de estas influencias afecta al colectivo de personas de origen andino y del resto de Europa (65% y 63% respectivamente) y el menor a las personas procedentes de los países desarrollados (28%) en la Comunitat.

41Tampoco se pueden descartar, en preguntas retrospectivas de este tipo, los sesgos memorísticos asociados al paso del tiempo desde el momento en que sucedieron los hechos —en este caso la influencia de un conocido en la decisión de emigrar— que se trata de recordar.

42Son de estricta aplicación aquí las mismas cautelas metodológicas que se han señalado antes en relación con el tiempo de permanencia en España y con la edad. Además, en lo que se refiere específicamente a la edad debe tenerse en cuenta la disminución objetiva del número de posibles relaciones asociada a la creciente mortalidad de familiares y afines a medida que pasan los años.

43Como es lógico, el mayor tiempo de exposición puede significar en muchos casos también mayor tiempo de acumulación de los recursos necesarios para afrontar la visita.

44Sólo 2,5% de los inmigrantes residentes en la Comunitat Valenciana que envían remesas (un 1,2 de todos los inmigrantes) remite dinero a personas con las que no está emparentado o a instituciones. El resto de los que envían remesas lo hace a familiares o parientes.

45Mientras en estos últimos las formas de participación social tienden a circunscribirse en mucha mayor medida a las redes primarias —ligadas, por ejemplo, al parentesco o la comunidad local— y a las organizaciones de encuadramiento obligatorio, en aquéllos disminuye la dependencia de los círculos primarios, se disuelve el asociacionismo forzoso y se consolida una cultura de la pertenencia a las asociaciones basadas en el acuerdo voluntario de sus miembros.

46Y por lo tanto a una sobre-representación de este colectivo de los más integrados en la muestra de la encuesta.

Portada y Nota Preliminar

Indice

1. Introducción

2. Características sociodemográficas y familiares

3. Condiciones de salida y de llegada a España

4. Vivienda y la movilidad residencial

5. Actividad laboral

6. Relaciones con el país de origen y con la sociedad receptora

7. Principales conclusiones

Referencias bibliográficas

Anexo: Lista de figuras y tablas